La Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) respondió a las amenazas del presidente boliviano Evo Morales de expulsarla del país asegurando que también financió proyectos de la región cocacolera de Bolivia, en Cochabamba, de donde proviene el mayor apoyo electoral al mandatario.
"Desde 1999 hasta 2008, mediante el Proyecto de Caminos Vecinales, se realizaron tareas de mantenimiento y mejoramiento de caminos en más de 5.040 kilómetros y se construyeron 109 puentes", por un monto de $250 millones de dólares, dijo USAID.
El comunicado de la agencia fue en respuesta a las acusaciones del director de la estatal Agencia para el Desarrollo de las Macrorregiones y Fronteras de Bolivia, Juan Ramón Quintana, quien dijo que USAID financia a un grupo indígena que protesta contra la construcción de una carretera que dividirá una reserva ecológica.
Ramón Quintana llegó a pedir la expulsión de USAID como un “acto de soberanía” y de “defensa intransigente de este proceso de cambio”. Afirmó, además, que el dinero que USAID destina al grupo opositor indígena es utilizado como una “estrategia de desestabilización”.
Morales, por su parte, dijo que “USAID nos está haciendo mucho daño. USAID está tomando acciones políticas como antes hacia la DEA y como también la embajada de Estados Unidos. Ahora evaluaremos, analizaré con los distintos sectores el comportamiento de USAID”.
USAID replicó que también ha apoyado la zona de Cochabamba, feudo electoral de Morales, generando buenos resultados para la economía local.
“El valor anual de las exportaciones de banano (a precios FOB) subió de $1,7 millones de dólares en el año 2001, a $11,4 millones de dólares en el año 2008, lo que representó un 570% de crecimiento en relación a 2001. USAID también invirtió en 141 proyectos de infraestructura social como ser escuelas, sistemas de agua potable, alcantarillado sanitario y postas de salud”, aseguró la agencia.
Por su parte, los dirigentes indígenas que protestan contra la carretera dijeron que las denuncias del presidente Morales no merecen respuesta. Rafael Quispe aseguró que “es una difamación, es una calumnia que hace a los dirigentes y autoridades de los movimientos indígenas, y eso nos parece muy preocupante y de mucha bajeza que no le vamos a responder".