La marcha de 600 kilómetros de los indígenas bolivianos en contra de la construcción de una carretera, se reanudara este lunes 22 de agosto de 2011, ante el fracaso del gobierno para abrir un dialogo.
Por su parte, el presidente Evo Morales, anunció que convocara al encargado de negocios de la embajada de Estados Unidos en La Paz, John S. Creamer, para que explique una supuesta injerencia estadounidense en la marcha de indígenas.
El presidente Morales dijo que “estoy mucho más convencido que es un tema político no solo nacional, sino de carácter internacional. Pero sospechosamente estos días algunos hermanos dirigentes están en contacto permanente con la embajada de Estados Unidos”. En tal sentido Morales dijo que “el canciller tiene que convocar al embajador para que explique que hace en la marcha la embajada de Estados Unidos”.
En sus declaraciones a los medios estatales, Morales no descartó una posible expulsión de Bolivia de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), a la que acusó de incitar la protesta antigubernamental.
Según Morales “USAID nos está haciendo mucho daño. USAID está tomando acciones políticas como antes hacia la DEA y como también la embajada de Estados Unidos. Ahora evaluaremos, analizaré con los distintos sectores el comportamiento de USAID”.
Por su parte, los dirigentes indígenas dijeron que las denuncias del presidente Morales no merecen respuesta. Tal como explicó Rafael Quispe, “es una difamación, es una calumnia que hace a los dirigentes y autoridades de los movimientos indígenas, y eso nos parece muy preocupante y de mucha bajeza que no le vamos a responder. Son muchas cosas y querer enlodar este movimiento” es algo que “lo rechazamos enérgicamente”, afirmó.
