Han pasado seis días desde el ataque de la milicia de Hamás contra Israel y las cifras de muertos, heridos y desaparecidos van en aumento, pero también va creciendo el número de padres buscando a sus hijos y de hijos buscando a sus padres con la esperanza de verlos retornar a casa.
El ministerio de Relaciones Exteriores de Israel organizó una conferencia de prensa en español para dar a conocer las historias de muchos latinoamericanos que atraviesan esta crisis familiar en medio del conflicto entre Israel y Hamás.
¿Dónde están mis hijos? se pregunta Itzik Horn, un padre que tiene a sus dos hijos desaparecidos desde el sábado 7 de octubre por la mañana cuando se produjo el ataque de los combatientes de Hamás contra Israel.
Era el sábado por la mañana cuando Itzik se comunicó con sus hijos tras escuchar los primeros misiles, pero como para ellos era costumbre escucharlos, cuenta el padre, sólo se aseguraron de que efectivamente se encontraban a buen recaudo en un refugio.
“Fue mi hijo mayor que se comunicó con sus hermanos por última vez. Era alrededor de las 8:30 de la mañana del sábado cuando Yair y Ethan le confirmaron a su hermano mayor que estaban en el refugio”, recuerda Itzik.
Pasaban las horas y la información llegaba “a cuenta gotas” como describe este padre de familia, y escuchó que los militantes de Hamás estaban muy cerca de donde vivía su hijo y se dijo asimismo “que sea lo que Dios quiera”.
“El domingo intenté comunicarme y nada. Nosotros en casa también estábamos al tanto de las sirenas para correr a un refugio. Llamaba y llamaba y nadie contestaba. Ya como padre sentía esa sensación horrible en el estómago y llamé al mejor amigo de mi hijo y me dice ‘lamentablemente no están, no los encontramos”, recuerda Itzik.
Este padre cuenta que no quería entender lo que sus oídos escuchaban, pero en el fondo entendía. “No los encontraban en el kibutz -una especie de pueblos pequeños que significa “reunión” en hebreo-. No los encontraban entre los cuerpos tirados en la calle, no estaban escondidos, así que iniciaron la búsqueda en hospitales y nada. “Por deducción mis hijos están en Gaza”, pensó el padre.
Cuando empezaron a aparecer las imágenes por television, Itzik cuenta que miraba los videos con desesperación para ver si encontraba a sus hijos y no los vio.
“Como argentinos que somos, utilizar el término desaparecido me produce un nudo en el estómago. Para nosotros tiene una connotación diferente, pero es lo real. No tenemos ninguna información. No sabemos si están vivos o están muertos o si están prisioneros en Gaza. Como familia lo primero que queremos saber es cuál ha sido el destino de nuestros hijos”, afirma Itzik.
Casi sin dormir en los últimos seis días este padre asegura que está dispuesto a escuchar lo peor.
“Si me dicen que están muertos los enterramos y lloraremos, que nos digan que están prisioneros es un medio consuelo porque por un lado estaré contento de que están vivos, pero por el otro sabiendo que están en manos de una asociación terrorista cuyo único fin que tienen es el exterminio del pueblo de Israel. Yo lo único que pido es que me digan dónde están mis hijos”, finaliza este padre a quien le cambió la vida en cuestión de minutos.
“Estábamos casi seguros que Ron ya no estaba más con nosotros”
Alex Mayaan es otro padre angustiado por el destino de su hijo Ron de 19 años. El es soldado en una base en el límite con Gaza, según Alex, su hijo no es un soldado de combate, su oficio es dar los permisos para la salida e ingreso de mercancías entre Gaza e Israel.
Ron dormía después de una guardia cuando lo despierta abruptamente el bombardeo del pasado sábado. De inmediato se conecta por whatsapp con sus padres y les empieza a contar en tiempo real lo que está viviendo.
Con el paso de los minutos, los bombardeos se hacían más fuertes y se empieza a escuchar tiroteos y voces dando órdenes en árabe, cuenta el padre de Ron."En ese momento mi hijo desconecta la cámara de su teléfono y nos empieza a escribir y nos dice que ya no puede hablar porque están muy cerca –en referencia a los miembros de Hamás y nos dice ‘es el final ya están aquí, los quiero mucho’ y se desconectó el teléfono”, recuerda Alex Mayaan.
La sensación con la que se quedó Alex y su esposa era de incertidumbre sin saber si su hijo estaba vivo o muerto. La pareja decidió prender la televisión a la espera de noticias, pero todavía no se decía nada en los medios. “Las primeras horas fueron un suplicio porque estábamos casi seguros que Ron ya no estaba más con nosotros”, cuenta el padre de Ron.
Pasaron unas horas y empezaron a publicarse videos en las redes sociales y en uno de ellos encuentran a su hijo que era escoltado por miembros de Hamás junto a otros dos soldados. “Para mí fue un alivio verlo, estaban siendo maltratados, pero estaba vivo”, afirma Alex.
Desde el sábado es la única información que maneja la familia de Ron. Nadie sabe más nada. Ron es argentino-israelí y sufre de asma, por lo que su familia está muy angustiada por su estado de salud.
“En estos momentos siento un poco de alivio porque sé que al menos está vivo. Hay decenas, cientos de padres que hasta hoy no saben absolutamente nada de sus hijos”, asegura Alex, quien también dice evitar ver los videos que salen porque sería imposible seguir adelante.
Sólo lo mantiene de pie junto a su esposa la esperanza de que alguna organización como la Cruz Roja le facilite a su hijo un inhalador y que pueda volver a casa sano y salvo.
“Esta es mi pequeña historia de atrocidades. Cosas que los humanos no deben hacer. Ver familias enteras borradas, niños, mujeres embarazadas, gente adulta, cuerpos humillados. Este es mi cuento de un padre que espera que su hijo vuelva vivo porque desde el día de su desaparición mi vida no es la misma”, afirma Alex Mayaan.
Según Roni Kaplan, portavoz de la reserva de las Fuerzas de Defensa de Israel para la prensa hispanoparlante, durante una conferencia de prensa virtual, señaló que son más de 1.200 israelíes asesinados, 3.391 israelíes heridos y muchos de ellos en estado de gravedad. "Tenemos 247 soldados caídos y dentro de la Franja de Gaza tenemos confirmado 97 rehenes”, aseveró Kaplan.
Julie busca a su padre y a su madre
Julie tiene 27 años y cuenta que el sábado alrededor de las 6:20 de la mañana empezaron las alarmas y las explosiones de las bombas. Julie, quien no vive con sus padres se conectó de inmediato con ellos vía WhatsApp.
Cada una estaba en su refugio cuando la madre de Julie le dice que había “terroristas” gritando alrededor de su casa y que los apuntaban con pistolas pidiéndoles entrar.
“Como a las 10 de la mañana mi papá nos escribió a mí y a mis hermanas y nos dijo que los habían atrapado. Luego no supimos nada de ellos hasta que vimos una foto que enviaron por Telegram donde aparecía mi papá con los de Hamás”, cuenta angustiada Julie.
Desde ese momento, las hermanas no saben nada de sus padres, piensan que se encuentran secuestrados en Gaza. A las hermanas las rescató del refugio el ejército de Israel luego de un fuerte enfrentamiento con la milicia de Hamás, cuenta Julie.
“En los últimos días no hemos sabido nada de ellos. Nos pasamos los días escuchando de personas desaparecidas, de las personas que matan y ahora sólo tenemos que esperar a que nos digan qué ha pasado con mis padres. Solo tenemos la foto de pap secuestrado. Tenemos muchos amigos, familiares, niños, abuelos y abuelas desaparecidos”, finaliza Julie.
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