El saldo de muertes sigue aumentando en Siria donde el presidente Bashar al-Assad enfrenta cada vez mayor presión para renunciar.
El Comité de Derechos Humanos de la ONU llevó a cabo una votación este martes 22 de noviembre en donde “condenó enérgicamente" la represión que los opositores enfrentan en Siria.
La resolución exige que el gobierno de al-Assad permita observadores internacionales para monitorear la crisis política actual. Mientras que los gobiernos miembros de la Liga Árabe han suspendido la asociación de Siria en el organismo y tienen previsto reunirse el jueves para discutir la crisis del país.
Según activistas, este martes las fuerzas de seguridad asesinaron al menos 12 personas en diferentes partes del país, incluyendo varios niños.
Entretanto, el primer ministro de Turquía instó a Bashar al-Assad a ranunciar. Recep Tayyip Erdogan dijo en un discurso que Assad, un ex aliado, debería ceder el poder antes de que más sangre sea derramada y “por el bien de su propio pueblo y la región”.
Las relaciones entre ambos países empeoraron el lunes después de que hombres armados en el norte de Siria dispararon contra un convoy que llevaba peregrinos turcos de retorno de Arabia Saudita. Dos personas resultaron heridas en el ataque.
La resolución no vinculante fue redactada por Alemania, Gran Bretaña y Francia.
