Sus distintas propuestas para hacer frente a la inmigración irregular pusieron de manifiesto desde el primer momento las diferencias existentes entre los siete precandidatos republicanos que participaron este miércoles en el segundo debate de primarias, a los que apenas parecía unir un frente común: sus críticas al presidente Joe Biden y a su predecesor, Donald Trump.
Sin un minuto que perder, los aspirantes tomaron la palabra para posicionarse sobre la marcha de la economía con ataques directos a la estrategia del presidente Biden, quien busca la reelección en 2024.
Aunque diferentes en sus aproximaciones, todos los participantes del debate organizado por las cadenas Fox y Univisión en la Biblioteca Ronald Reagan, en la localidad californiana de Simi Valley, coincidieron en que la culpa de la inflación y de la “desastrosa” marcha de la economía recae en Washington y los elevados gastos del gobierno federal.
Asimismo, todos coincidieron en criticar la histórica presencia esta semana de Biden en un piquete de huelga de los trabajadores del sector automotriz en Detroit, Michigan, argumentando que el mandatario demócrata debería hacer algo desde la Casa Blanca, pero sin ofrecer soluciones concretas.
La cuestión migratoria
El senador Tim Scott rápidamente trajo a colación la “seria crisis en la frontera sur” con México y la lucha contra la epidemia de fentanilo en las ciudades estadounidenses, un tema que marcó la primera media hora del debate, en la que el empresario Vivek Ramaswamy volvió a protagonizar encontronazos con el resto de los aspirantes. Las continuas interrupciones provocaron que los moderadores pidieran “civismo” a los participantes.
Todos los aspirantes se decantaron por posiciones fuertes contra la inmigración, con el gobernador de Florida, Ron DeSantis, y Ramaswamy insistiendo en la militarización del límite con México.
Ramaswamy volvió a robarse el protagonismo con sus ataques y proposiciones, como la de "militarizar la frontera sur, retirar fondos a las ciudades santuario y destinar la ayuda extranjera a México y Centroamérica”, además de reiterar que impediría que hijos de inmigrantes ilegales tuvieran acceso a la ciudadanía estadounidense.
El resto de los aspirantes evitó dar respuestas específicas sobre el asunto, como el exvicepresidente Mike Pence, quien evitó ofrecer una solución a los miles de jóvenes soñadores, o dreamers, que se encuentran en el limbo.
Trump, ausente pero muy presente
Donald Trump, el gran ausente de la noche, salió a colación también desde casi el principio del debate. En un inusual intercambio, DeSantis criticó al expresidente por no estar presente para responder por sus “políticas fallidas”, mientras que el exgobernador de Nueva Jersey Chris Christie redobló sus ataques hacia el favorito en las encuestas republicanas.
“Donald, sé que estás mirando. No puedes evitarlo. Lo sé, y no estás aquí esta noche, no por las encuestas ni por sus acusaciones. No estás aquí esta noche porque tienes miedo de estar en el escenario y defender tu historial”, subrayó Christie.
Más adelante, DeSantis también redobló en las críticas a su antiguo mentor, que según el gobernador, “debía estar en el escenario, defendiendo sus acciones”.
Scott, DeSantis, Pence, Ramaswamy, Christie, la ex embajadora de EEUU ante la ONU Nikki Haley y el gobernador de Dakota del Norte, Doug Burgum, volvieron a enfrentarse en el escenario, después del primer encuentro en Wisconsin en agosto pasado.
Las críticas a Trump y a Biden fueron lo único que unió a los siete precandidatos, quienes se distinguieron en sus posiciones opuestas durante casi toda la segunda mitad del debate, que sólo se volvió más caótica a medida que los participantes ahondaban en sus plataformas. En un punto, los moderadores amenazaron con cortar los micrófonos del exgobernador Burgum si seguía interrumpiendo y hablando durante el turno de palabra de sus contrincantes.
Los momentos más interesantes de la noche fueron los más espontáneos, entre ellos los protagonizados por la también ex gobernadora de Carolina del Sur, Haley, quien fue blanco de ataques, no sólo por parte de Ramaswamy, sino también de su antiguo aliado, Scott, y del segundo favorito, DeSantis.
La guerra en Ucrania
Haley volvió a defender el respaldo de EEUU a Ucrania. “Una victoria para Rusia es una victoria para China”, insistió la precandidata, que fue secundada por el exvicepresidente Pence, ante los ataques de Ramaswamy contra el apoyo irresoluto de Washington a Kiev y ante las advertencias de DeSantis de que los ucranianos “no deberían contar con un cheque en blanco”.
El tema de la asistencia financiera a Ucrania es uno de los puntos más candentes en la dividida política estadounidense y un escollo en las negociaciones para evitar el cierre del gobierno en el Congreso.
El aborto, la educación o el control de las armas fueron otros de los temas abordados por los aspirantes a la nominación republicana, quienes también aclararon sus puntos de vista sobre inteligencia artificial y la inflación.
La presencia de la moderadora Ilia Calderón ofreció una oportunidad para que los precandidatos destacaran sus propuestas de cara a los latinos en EEUU, un sector creciente que, según expertos, podría ser definitorio en las próximas elecciones. Sin embargo, los precandidatos evitaron ofrecer líneas concretas, aunque sí reconocieron el poder del voto hispano.
“Creo que el presidente de Estados Unidos debe ser un defensor del sueño americano para todos los estadounidenses”, concedió el exvicepresidente Mike Pence al referirse a su estrategia hacia los latinos.
De los ocho participantes del primer debate, solo uno no calificó para este encuentro: el exgobernador de Arkansas, Asa Hutchinson, quien aún así se mantiene optimista. “Habrá otro debate que surgirá en el futuro. Y espero ciertamente participar en él”, dijo Hutchinson durante una conferencia de prensa. El tercer debate republicano de primarias tendrá lugar en Miami, Florida, el próximo 8 de noviembre.
Mientras, el expresidente Donald Trump, favorito en las encuestas republicanas, volvió a saltarse el debate para, en su lugar, contraprogramar un acto de campaña por su cuenta. No está claro si el exmandatario volverá a ser el gran ausente del próximo cara a cara o aprovechará su popularidad en Florida para hacer su debut en los debates de esta temporada de primarias republicanas.
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