El dólar del mercado paralelo en Venezuela se disparó el miércoles hasta abrir una brecha de casi 30 puntos porcentuales con respecto a la oferta de esa divisa en el Banco Central.
El precio de los dólares paralelos, conocidos coloquialmente como “negros” en el país suramericano, escaló desde un mínimo de 6,2 y un máximo de 6,5 bolívares por unidad en la mañana del lunes, hasta llegar a los 8,5 bolívares por unidad la tarde de este miércoles.
En casas de cambio de Cúcuta, en la frontera con el estado venezolano de Táchira, se ofrecían incluso a 10,2 bolívares. La página web del Banco Central de Venezuela reflejaba que el dólar oficial brincó de Bs. 6,28 por dólar en la mañana del miércoles hasta los 7,01 bolívares por unidad.
¿Qué pasó en Venezuela para que la moneda local se depreciara en el mercado paralelo con tanta rapidez?
1. Freno a la inyección
El Banco Central de Venezuela, afín al gobierno de Nicolás Maduro, promediaba una inyección de 100 millones de dólares por semana al mercado nacional para mantener ficticiamente estable el tipo de cambio en el país, explica el economista Aldo Contreras.
Ocurrió que esa oferta se redujo progresivamente a 70 millones de dólares, luego a 50 millones e, incluso, hubo una semana en la que “prácticamente no liquidó” divisas, detalló el también presidente del Colegio de Economistas del estado Táchira.
Nueve de los bancos venezolanos que venden dólares según la tasa del BCV bloquearon sus ofertas en esos días y “el mercado paralelo empezó a distorsionarse”, señala.
Contreras puntualiza que el tipo de cambio paralelo tiende a depreciarse “cuando hay una pequeña presión en la demanda de bolívares en un mercado tan reducido como este”.
Al menos 32 intervenciones cambiarias, como las llama el gobierno de Maduro, se activaron de esa manera en 2022. El tipo de cambio oficial se depreció 21% en los primeros seis meses de este año, mientras en el mismo período de 2021 lo hizo en 191%.
“Aunque la depreciación es mucho menor, la dispersión cambiaria sigue estando allí”, dice.
Luis Oliveros, economista, opina que la clave de la inestabilidad cambiaria reciente yace en la disminución de la oferta de divisas por parte del BCV, pero advierte que su efecto se exacerba por una “demanda mayor” entre la población venezolana.
“Hay más bolívares en el sistema, el gobierno ha gastado más, el crecimiento económico también hace que se demanden más dólares”, expuso el especialista.
“El gobierno anunció que iba a realizar cambios en el sistema cambiario. Pero lo cierto es que no han aparecido más dólares y eso ha generado miedo. Eso no significa que desde el gobierno no tengan dólares, simplemente que no los ‘queman’ a la misma velocidad”, dijo.
2. El pago a los profesores
Luego de múltiples marchas y protestas en varios estados, decenas de miles de profesores, obreros y empleados de las universidades públicas lograron que el gobierno de Maduro aceptara pagarles la totalidad de sus bonos vacacionales y no de forma fraccionada, como había planeado con sindicatos cercanos al chavismo.
Ese millonario pago se concretó a mediados de agosto. Hubo educadores que cobraron montos únicos superiores a 4.000 bolívares, entonces equivalentes a 645 dólares.
“Esto, en un mercado tan reducido de divisas, automáticamente hizo que el tipo de cambio se deprecie”, apunta Contreras, profesor de la Universidad Católica del Táchira (UCAT).
José Guerra, economista, diputado antichavista elegido en 2015 y miembro del Observatorio Venezolano de Finanzas, advierte que la demanda “se exacerbó” en los últimos días.
“La gente anticipó que iba a haber devaluación y todos los que tenían bolívares salieron corriendo a comprar dólares. Los bancos no tienen dólares”, comenta a la VOA.
Henkel García, analista financiero y director de la firma consultora Albus Data, sostiene que hubo “muchos bolívares inyectados a través del gasto público, probablemente con las bonificaciones propias de esta época del año y con los aumentos reflejados allí”, que coincidió con lo que llama “una disminución importante en la oferta de divisas”.
3. La brecha cambiaria
La amplia diferencia entre el dólar oficial y el paralelo en Venezuela puede interpretarse como una consecuencia de las políticas fiscales y monetarias de los últimos días, pero termina irremediablemente siendo causa de una mayor especulación cambiaria.
Según el economista Contreras, la diferencia entre ambos es de 27,81% al cierre de los mercados del lunes y ello es tierra fértil para que arrecie la distorsión del mercado.
“Tampoco ayuda una brecha tan grande. La poca oferta que pudiese haber en el menudeo, con una brecha tan grande, la gente va a preferir no cambiar de dólares a bolívares, sino dejarlos allí y, si es posible, sacarlo en efectivo”, explica García.
4. La caída petrolera
La producción petrolera es el corazón de la macroeconomía de Venezuela, a pesar de las sanciones y de los esfuerzos del chavismo durante más de dos décadas por revertir esa dependencia de los hidrocarburos.
La caja chica del Banco Central de Venezuela es el fruto de esa producción de crudo, recuerda Contreras, de la UCAT. Y esos niveles de bombeo en los campos nacionales ha disminuido de 750.000 a 629.000 barriles por día en los últimos meses, puntualiza.
“Esto hace que, en un mercado de pocas divisas, con pocas exportaciones, con importaciones en bodegones, farmacias, mercancía puerta a puerta, productos terminados, un pequeño aumento en la liquidez monetaria impacte automáticamente”, destaca.
5. Bajas reservas líquidas
Venezuela volvió a registrar su nivel más bajo de reservas internacionales líquidas, no las disponibles, en los últimos 40 años, subraya el economista Aldo Contreras.
“Están por debajo de los 5.500 millones de dólares”, precisa, y advierte que el gobierno se tomó la licencia de volver a una inestabilidad cambiaria por “indisciplina monetaria y fiscal”.
“En la medida en que se fue materializando el gasto público, se fue evidenciando que el BCV no tenía reservas para mantener el tipo de cambio. El tipo de cambio salta, porque no hay reservas”, expone, por su parte, el diputado Guerra.
“Siempre sostuve que no era posible estabilizar el tipo de cambio. A lo mejor se calma uno o dos días, pero vuelve a subir. Era la crónica de una muerte anunciada”, concluyó.
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