En un restaurante de Maracaibo este jueves, un día antes de la tercera reconversión monetaria en Venezuela en 13 años, ya no aceptaban bolívares.
"Solo dólares”, dijo la mesera.¿Divisas en efectivo? Aceptadas. ¿Una transferencia por Zelle? También. De improviso, la moneda nacional se antojaba inútil para cubrir un desayuno en la víspera de la eliminación oficial de seis ceros de su denominación.
Esta escena se repetía en otros estados, según reportes de medios locales. En Táchira, comerciantes locales solo aceptaban divisas como el dólar para comprar verduras o víveres, según el diario digital El Pitazo.
La negativa a recibir pagos en bolívares en vísperas de la reconversión monetaria obedece al “rechazo y el repudio” a la moneda local, dijo el economista Luis Crespo a Voz de América. “Ya no cumple como medio de intercambio, solo para el menudeo, ni como reserva de valor desde hace muchos años. Nadie desea poseerlo. La gente lo desechó hace mucho”,
La “inutilidad” del bolívar como medio contable es justamente uno de los argumentos del gobierno de Maduro para la reconversión, dijo.
El gobierno venezolano, presidido por Nicolás Maduro, anunció en agosto que este viernes, 1 de octubre, el bolívar se apellidará “bolívar digital”, con seis ceros menos. Un millón de bolívares se reflejará, dentro de 24 horas, como un solo bolívar en estanterías, menús y estados de cuentas bancarios en el país.
Se trata de la tercera reconversión monetaria desde 2008 en Venezuela y la segunda ordenada por la presidencia de Maduro en los últimos tres años, en un ciclo hiperinflacionario que en noviembre alcanzará los 48 meses continuos.
Según adelantó la vicepresidenta ejecutiva Delcy Rodríguez, habrá cinco billetes nuevos en el país y, al menos, una moneda. El billete con mayor poder adquisitivo será el de 100 bolívares (100 millones “de los viejos”, cerca de 25 dólares).
El Estado notificó hace días que las plataformas de la banca venezolana estarán inactivas desde las 8:00 p.m. de este jueves y las 6:00 a.m. del viernes con el fin de adecuarlas a la reconversión. Para algunos vendedores en Maracaibo, esa noticia alimentó sus temores de pérdida de dinero por las transacciones en bolívares que pudieran nunca reflejarse a su favor.
El economista Luis Oliveros calificó los momentos previos a la reconversión como “una sobrerreacción” de la población venezolana. “No pareciera que esta economía y los venezolanos van para su segunda reconversión en tres años (…) simplemente son seis ceros menos. En la práctica, muchos ya lo habían hecho hace tiempo”, escribió en su cuenta de Twitter.
El “brinco” del dólar
La tercera reconversión de los gobiernos socialistas de Hugo Chávez (2008) y Nicolás Maduro (2018 y 2021) viene precedida por el colapso de los sistemas de una de las entidades financieras del Estado, el Banco de Venezuela.
El pasado viernes 17 de septiembre, la institución denunció un intento de “hackeo masivo” a su plataforma, que estuvo inestable durante siete días. Sus cuentahabientes no pudieron utilizar su dinero, ni verificar sus montos.
La víspera de la reconversión monetaria provocó sobresaltos en el tipo de cambio no oficial. Páginas y cuentas de Twitter que suelen mostrar a diario las variaciones de la moneda nacional en comparación con el dólar, el euro o el peso colombiano notificaron que la moneda estadounidense dio un salto brusco desde los 4,2 millones de bolívares a más de cinco millones por unidad (o 5 bolívares de los que entrarán en vigencia este viernes).
“El bolívar digital ya está en una situación de debilidad. Nace con un alto nivel de depreciación”, dijo Crespo el economista.
Ese comportamiento del bolívar generó críticas desde la oposición. Luis Somaza, director del despacho del gobierno interino de quienes detractan del oficialismo, subrayó los efectos de la medida económica inminente.
“La reconversión solo le trae al país más inflación. Ya los supermercados aumentan sus precios a la par del dólar paralelo que hoy supera los 5 millones. Las cifras de pobreza extrema continúan en ascenso”, escribió en Twitter.
Este jueves, hubo comerciantes que aceptaban bolívares tras advertir a sus clientes que sus puntos electrónicos de venta operaban “lentos”. Otros mostraban una absoluta calma ante el cambio monetario del viernes.
En un autolavado de la avenida 13 de Maracaibo, a 700 kilómetros de Caracas, aún podían pagarse con bolívares la limpieza integral de un carro de cinco pasajeros y el pulido de sus faros por un monto equivalente a siete dólares.
“Aquí sí estamos aceptando bolívares y estamos ‘pasando’ las tarjetas en los puntos. Esto ya lo hemos vivido antes”, dijo un joven amable encargado del local, justo antes de debitar el pago sin problema ni retraso alguno.
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