A sus 89 años, Lourdes Bravo goza de buena salud. Desde que inició la pandemia de COVID-19 sale muy poco de su hogar, pero de vez en cuando toma su bastón y camina hasta un supermercado cercano.
Antes comprar sus alimentos era sencillo, ahora se confunde a la hora de pagarlos porque no entiende los montos.
“Yo no lo entiendo, veo 500.000 bolívares, por ejemplo, pero me dicen que eso es menos de un cuarto de dólar. Tengo que ver bien cuánto es. Siempre pido a la cajera que me diga el monto en bolívares. Aunque ahora un millón sea 1 bolívar, sigo confundida”, dice a la Voz de América.
A través de un comunicado, el BCV asegura que esta reconversión “no afecta el valor de la moneda, es decir, el bolívar no valdrá ni más ni menos, solo que para facilitar su uso se está llevando a una escala monetaria más sencilla”.
La nueva reconversión entrará en vigencia el 1 de octubre, agregó el comunicado. Venezuela padece desde hace casi cuatro años por una hiperinflación y enfrenta una grave recesión económica.
Con la nueva medida habrá una nueva familia de monedas y billetes cuya denominación más alta será de 100 bolívares, según lo indicado por el banco central.
Ante una aguda crisis de efectivo en marzo, el emisor venezolano amplió el cono monetario y emitió nuevos billetes siendo el más elevado el de 1 millón de bolívares, que equivale a 0,25 dólares.
El texto emitido el jueves también indica que seguirán atendiendo la emisión de bolívares en físico. “Convivirán el bolívar físico y el bolívar digital en un proceso dirigido a rescatar su fortaleza”.
De acuerdo a la institución, esta “transformación” permitirá, entre otros aspectos, construir una “visión moderna de la moneda” en transacciones cotidianas y reducir "los costos de transacción en la economía”.
Con esta, ya serían tres las reconversiones monetarias desde que el fallecido expresidente, Hugo Chávez, llegó al poder en 1999, la primera en 208 y la segunda en 2018. En total, se le han retirado 14 ceros al bolívar.
La nación suramericana lleva más de 40 meses en hiperinflación e igualó al segundo registro más prolongado de la historia económica, el ciclo hiperinflacionario vivido en Grecia entre 1992 y 1994.
Esta situación ha hecho que el uso del dólar esté cada vez más generalizado. El Gobierno calificado esto como una “válvula de escape”, pero indican que su apuesta es hacia la recuperación del bolívar.
La particular situación que vive Venezuela ocasiona que realizar transacciones cotidianas se vuelva una tarea compleja, especialmente para personas de la tercera edad.
Medida "cosmética"
La tercera reconversión monetaria en los últimos 13 años es “una medida cosmética” que busca atender los problemas contables y administrativos que se generaron en los sistemas bancarios del país, opina el economista Luis Crespo.
Precisa que empresas públicas, como Petróleos de Venezuela y la Electricidad de Caracas, debieron realizar ajustes en sus sistemas contables debido a la “magnitud de ceros” que significaban las operaciones.
“Esta tercera reconversión monetaria no viene acompañada de un plan económico creíble, que genere confianza sobre el desarrollo de la dinámica económica. Existe la incertidumbre sobre si se mantendrá el mismo accionar en la política monetaria y cambiaria”, apunta Crespo a la Voz de América.
El gobierno de Nicolás Maduro “ataca las consecuencias y no las causas” de la crisis económica, considera el economista Aldo Contreras, por su parte.
“Las causas son la hiperinflación, la indisciplina monetaria, la caída del producto interno bruto -83,5 puntos en negativo desde hace siete años-, el desorden fiscal, los controles, las expropiaciones, el modelo económico comunista”, comenta el experto en conversación con la VOA.
Critica que se llame “reconversión” a una decisión como la anunciada, ya que no incluye “una política monetaria distinta”. Subraya que solo entre 10 y 15 por ciento de las transacciones comerciales diarias en Venezuela se concretan con bolívar, pues, en cambio, se hacen con dólares, pesos colombianos o euros.
“Esta medida trae un costo asociado a las pequeñas y medianas empresas, porque hay que llamar a técnicos de soporte de software para calibrar las impresiones fiscales. Es un costo que asumen las empresas”, añade.
Considera que esta política “completamente conocida” en el país no supone una apreciación del tipo de cambio, sino un cambio nominal. “Es lo mismo. El dólar quedaría en cuatro bolívares”, precisa el experto en finanzas.
Entre tanto, José Guerra, economista y miembro del Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), explica la VOA que se trata de una operación “básicamente contable”.
“Podemos decir que es un maquillaje contable cuyo propósito fundamental es facilitar las transacciones, no hay ni se va a crear más inflación, tampoco menos inflación, y sencillamente tiene el propósito de facilitar las transacciones porque con la cantidad de ceros en el cono monetario, la cantidad de dígitos, es imposible realizar el cálculo”, explica.
Guerra advierte que, sin medidas de apoyo fiscal y monetario, continuarán registrándose tasas de inflación elevadas.
“Es probable que, de no corregirse estos problemas macroeconómicos de fondo, ese bolívar digital pronto irá a perder el valor tal como lo perdieron el bolívar fuerte en 2008 y luego el bolívar soberano en el 2018”, estima.
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