Rusia considera al planeado sistema estadounidense de defensa antimisiles como una amenaza potencial para sus fuerzas nucleares y podría replantear su participación en un histórico tratado de limitación de armas nucleares, dijeron el lunes las autoridades.
El tratado nuevo START, que entró en vigor la semana pasada, es una pieza clave del plan del presidente Barack Obama para restablecer lazos con Rusia y representa el pacto de control de armas más significativo en casi dos décadas. Limita las ojivas nucleares a 1.550 por país, abajo del nivel actual, de 2.200.
El pacto no previene que Estados Unidos construya nuevos sistemas de defensa antimisiles. Rusia ha advertido que se reserva el derecho de renunciar al tratado si Estados Unidos aumenta de forma significativa su escudo contra misiles.
El vicecanciller ruso Sergei Ryabkov reafirmó el lunes que un aumento de la capacidad en el sistema de defensa estadounidense antimisiles forzaría a Moscú a reconsiderar su obligación bajo el tratado nuevo START.
“Si Estados Unidos aumenta el potencial cualitativo y cuantitativo de su defensa de misiles... la duda será si Rusia se atendría al tratado o si tendría que tomar otras medidas para responder a la situación, incluido medidas técnicas-militares”, dijo Ryabkov a las agencias noticiosas rusas.
Rusia criticó los planes de la previa administración estadounidense para crear sistema de defensa de misiles en Polonia y la República Checa y se unió a la decisión de Obama de eliminarlos. Sin embargo, el Kremlin sigue preocupado por los planes de un sistema estadounidense antimisiles y aún los considera potencialmente peligrosos para su seguridad.
La OTAN aprobó el otoño pasado un plan de un sistema de protección contra misiles dirigido por Estados Unidos en Europa e invitó a Rusia a participar, pero Moscú aún no se ha comprometido de forma definitiva.