El gobierno de Rusia, aliado de Siria, dice que no permitirá el despliegue de tropas extranjeras en territorio sirio, en momentos en que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas debate cómo detener la violencia tras 10 meses de levantamiento civil contra el presidente Bashar al-Assad.
El ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, dijo este miércoles 18 de enero de 2012 que si alguien quiere usar la fuerza, tal medida no será con la autorización del Consejo de Seguridad.
Sus comentarios se producen lugar un día después que influyentes diplomáticos del Consejo de Seguridad se reunieran para discutir un anteproyecto de resolución ruso que ha sido revisado y que atribuye igual culpabilidad por la violencia en Siria al gobierno y a la oposición.
Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos presionan por una condena más enérgica de Siria, pero Rusia y China han bloqueado tales medidas.
La embajadora de EE.UU. ante la ONU, Susan Rice, dijo que hace mucho que se necesita un embargo de armas contra Damasco. “Obviamente hemos tenido una gran preocupación por las armas que fluyen hacia Siria de cualquier fuente y ciertamente haremos énfasis en ese punto muy directamente ante cualquier país que pueda estar proveyendo tales armas".
Sin embargo y "desafortunadamente" dijo Rice, "no hay un embargo de armas contra Siria, lo que ciertamente creemos que se necesita desde hace mucho tiempo. En parte porque como se sabe muy bien, algunos miembros del Consejo, incluyendo Rusia, han indicado su oposición a cualquier forma de sanción, aún aquellas que reflejan las medidas ya implementadas por la Liga Árabe”.
El presidente Barack Obama condenó una vez más la continua represión contra los manifestantes en Siria y dijo que la violencia es inaceptable. El mandatario estadounidense prometió redoblar los esfuerzos internacionales para forzar a Assad a que renuncie.