Con tambores, plumas y banderas envueltas en un fuerte olor a incienso, tribus indias de todo Estados Unidos protestaron frente a la Casa Blanca para pedir al presidente de EE.UU, Donald Trump, que se reúna con sus líderes y frene inmediatamente la construcción de dos oleoductos.
Con cánticos tribales y gritos, como "hay que poner las personas por delante de las empresas", cientos de manifestantes se abrieron paso entre las calles de Washington hasta llegar a la residencia presidencial.
La "Marcha de las Naciones Indígenas" se produce un mes después de que Trump promulgara un decreto para resucitar la construcción de los oleoductos Keystone XL y Dakota Access.
El trazado de las líneas petroleras discurre a través del río Misuri y del lago Oahe en Dakota del Norte, territorios sagrados para la tribu Standing Rock Sioux.
"Estamos con los Standing Rock" fue uno de los mensajes que más se repitió en las pancartas de los manifestantes.
Ellos estaban inspirados por la resistencia del grupo de indígenas y ecologistas que acampó durante meses a la orilla del río Misuri, en Dakota del Norte, para impedir la construcción del oleoducto Dakota Access.
Los manifestantes iban vestidos con plumas marrones y trajes tradicionales de colores. Se arropaban con mantas y quemaban palos santos en sus manos.
La protesta frente a la Casa Blanca discurrió al ritmo de las melodías de diferentes grupos, desde unos japoneses que rezaban con cánticos y unos tambores de madera, hasta unos niños hispanos que bailaban una danza azteca con vestidos blancos y estampados de flores de colores.
Los nativos americanos levantaron estos días sus tiendas con forma de cono cerca del gran obelisco blanco del Monumento a Washington, una estampa que ha ganado gran popularidad y con la que trataban de reclamar sus derechos sobre la tierra y el agua de Estados Unidos.