Nicaragua se desvía cada vez más de los derechos humanos, “profundizando el sufrimiento de la gente y provocando el éxodo de jóvenes”, alertó este lunes la alta comisionada adjunta de la Oficina de Naciones Unidas para los derechos humanos, Nada Al-Nashif.
Al-Nashif destacó que los dirigentes políticos, indígenas, miembros de la Iglesia católica, defensores de derechos humanos son los principales blancos de ataques del gobierno de Nicaragua y “han sido atacados por expresar opiniones diferentes”.
La experta mencionó el caso del exdiputado indígena Brooklyn Rivera, detenido por el gobierno nicaragüense el 28 de septiembre y dijo que la ONU está “preocupada por la salud e integridad física” de este.
Rivera, de 71 años, se encuentra en un paradero desconocido desde su detención. “Cada día el país se desvía más de los derechos humanos, profundizando el sufrimiento de la gente, provocando el éxodo de jóvenes y socavando el futuro de las instituciones democráticas”, agregó la alta comisionada.
En representación del gobierno del presidente Daniel Ortega, la procuradora general, Wendy Morales, rechazó los señalamientos y acusó a la Oficina de llevar a cabo “una atrevida forma de agresión e injerencismo en contra de la dignidad de las personas nicaragüenses y nuestra soberanía”.
La ONU presentó la actualización de la situación de Nicaragua, la cual vigila desde 2018, cuando surgieron protestas contra Ortega, las cuales fueron reprimidas con violencia y dejaron más de 300 muertos.
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