El primer día de junio de 2011, será otro día histórico para la agencia espacial de Estados Unidos, la NASA.
A las 2,35 de la madrugada, el trasbordador Endeavour aterrizará en el Centro Espacial Kennedy en Cabo Cañaveral, Florida. Será la oportunidad número 25 que un trasbordador aterriza por la noche.
Mientras tanto, la nave Atlantis fue traslada a la plataforma de lanzamiento y está preparada para hacer su último viaje, justo cuando el programa de transbordadores cumple 30 años, de donde será testigo del regreso de su nave hermana, el Endeavour, que completa las 130 misiones del programa, esta vez con el comandante Mark Kelly al mano de la misión.
Miles de espectadores planean asistir a estos eventos. El portavoz de la NASA, Allard Beutel, dijo que cree que "las personas quieren ser parte de esta exploración espacial histórica".
El Atlantis y el Endeavour serán retirados para que la NASA pueda estalecer nuevas cápsulas espaciales que utilizarán los astronautas en futuros viajes cuando concluya este año el programa de transbordadores.
La nueva cápsula
La nueva cápsula espacial tendrá capacidad para cuatro astronautas y ha sido bautizada con el nombre de Vehículo Multipropósito para Tripulación (MPCV, por sus siglas en inglés).
Su construcción toma como punto de partida los primeros diseños de la cápsula Orión, con mucho mayor énfasis en cuanto a la seguridad de los tripulantes.
El director asociado de la NASA Douglas Cooke, un sobreviviente del recién cancelado programa espacial Constellation cuyo fin era el regreso del hombre a la Luna, dijo que “se ha progresado mucho en Orión”.
El gobierno suspendió el programa Constellation el año pasado porque estaba retrasado y además excedido de presupuesto.
Según Tarq Malik, editor de la publicación online Space.com, la cápsula rediseñada tiene como objetivo ser utilizada por la NASA para una serie de misiones más allá de la órbita terrestre. “Ofrecerá la posibilidad de realizar caminatas espaciales, algo que la cápsula Orión original no contemplaba”, dijo.
La nave está diseñada para misiones de 21 días, y Cooke señaló que también será capaz de encontrarse con naves más grandes para continuar viaje a la Luna, a Marte o más allá.
“Este tipo de vehículo sería mantenido en estado inactivo mientras que la tripulación estaría en otra (nave) con mayor cantidad de suministros y posibilidades de mantenerlos”, dijo. De modo que la cápsula estaría a la espera de traer a los astronautas de regreso a la Tierra.
De acuerdo con Malik, la cápsula es mucho más segura que los transbordadores, y cuenta con un sistema para abortar su lanzamiento en caso de emergencia probado exitosamente el año pasado en el Desierto de Mojave.
Aunque aún queda mucho por hacer para construir un sistema integrado, incluido un cohete para lanzarla, Malik dijo creer que la NASA y sus socios de la industria espacial van por el camino acertado.
Lo cierto es que la NASA espera poder poner la nave en órbita terrestre en los próximos cinco años.