Japón cerrará los reactores de la central nuclear de Fukushima-1 antes del final de 2011. El anuncio se produce a pesar de las revelaciones de que el desastre natural causado por los daños en la instalación nuclear es peor de lo que se condieró inicialmente.
Los operadores de la planta nuclear advierten que hay nuevas evidencias de que una fusión parcial del combustible nuclear se produjo pocas horas después de un terremoto y el tsunami que devastó la región hace dos meses.
El primer ministro Naoto Kan dijo al Parlamento que los reactores dañados se cerrarán durante este año. Si bien, el plazo para congelar los cuatro reactores dañados en un estado de parada fría no se modificará e insiste en que llevará entre seis y nueve meses.
Este calendario es congruente con el plan presentado por Tokyo Electric Power Company (TEPCO), aunque desde entonces se ha hecho evidente que los reactores sufrieron daños peores a los que se pensaba inicialmente.
Expertos japoneses dicen que las barras de combustible dentro del reactor fueron expuestas totalmente al aire, lo que provocó su fusión. Sin embargo, al paecer el combustible cayó al fondo del recipiente de contención, evitando que entre en una fase de colapso total.
Los recientes intentos de mantener el reactor frío llenando la cámara de contención de agua se han topado con dificultades. TEPCO dice que miles de toneladas de agua contaminada altamente radiactiva se han filtrado a través de los agujeros creados por el combustible fundido en el sótano del reactor.
La empresa, que reprorama su plan de actuación, reconoció que los núcleos de combustible de los dos reactores adicionales en Fukushima-1 también se habían dañado considerablemente y el agua de enfriamiento tiene una fuga.
Los altos niveles de radiación cerca de las unidades están obstaculizando reparaciones críticas, ya que los trabajadores pueden pasar sólo una cantidad limitada de tiempo para que evitar la sobreexposición.
