Dentro de algunas semanas, las autoridades estadounidenses comenzarán a revisar los 300 mil casos de indocumentados pendientes de deportación, para darle prioridad a la expulsión de personas que han cometido delitos en este país.
El anuncio lo hizo la secretaria de Seguridad del Territorio Nacional, Janet Napolitano, durante una audiencia ante el Comité de Seguridad Nacional del Senado, en Washington, en la que además destacó las características de este proceso como parte del programa de seguridad fronteriza.
“Los esfuerzos están dando resultados sin precedentes. En general, en el año fiscal 2011, la Oficina de Inmigración ha deportado a 396.906 personas, el mayor número en la historia de la entidad. El 90% de esas deportaciones está dentro de una de nuestras categorías prioritarias”, dijo Napolitano.
La funcionaria estadounidense destacó que en dos o tres semanas comenzará un plan piloto de breve duración y orientado a encontrar cualquier cuestión logística que pueda aparecer cuando se trata de revisar esa masiva cantidad de casos.
La secretaria Napolitano afirmó que una vez que culmine ese plan, las autoridades comenzarán con el proceso de deportación que será ejecutado por los Departamentos de Justicia y de Seguridad del Territorio Nacional, y para el que aún no existe una duración definida.