El gobierno iraní refutó las acusaciones que le atribuyen haber jugado un papel en la sangrienta represión de los opositores políticos en Siria ayudando militarmente el régimen de Bashar al-Assad.
Ramin Mehmanparast, portavoz de la cancillería de Irán, dijo este lunes que Teherán “no está interviniendo” en ayudar al gobierno sirio frente al levantamiento popular, y calificó de “infundadas” las alegaciones de la Unión Europea de que miembros de la guardia revolucionaria iraní participan en la represión en ese país.
Previamente, en una rueda de prensa efectuada la semana pasada, el vocero había instado a otras naciones a “no intervenir en la crisis política interna siria”.
Reportes de prensa tanto en países árabes como en el resto del mundo han acusado tanto a las autoridades iraníes como a sus aliados libaneses del grupo terrorista Hezbolá de ayudar al gobierno sirio frente a las revueltas.
Entre quienes afirman que Irán y Hezbolá están dando respaldo al régimen sirio, está el ex presidente iraní Abolhassan Bani Sadr, quien reside en el exilio.
De acuerdo con el ex mandatario, 3.000 miembros de la guardia revolucionaria iraní y 2.200 combatientes de Hezbolá reprimen a la población siria junto a militares de al-Assad.
Analistas políticos señalan que anticipando que el régimen sirio podría perder el poder, Teherán habría comenzado a distanciarse de Damasco.
Según dicen, eso explicaría por qué el ministro de relaciones exteriores de Irán, Ali Akbar Salehi, urgió la semana pasada a Siria a que dé solución a las “legítimas demandas” de la población.