El gobierno de Estados Unidos condenó la "brutalidad" del régimen sirio, tras conocer un informe publicado por Amnistía Internacional sobre la muerte de 88 prisioneros entre abril y mediados de agosto, y fustigó al ministro de Exteriores de ese país, Walid Al Mualem, por considerarlo responsable de la violencia contra los opositores.
"Un Gobierno que asesina y tortura a sus propios ciudadanos, incluidos niños, no puede ser considerado legítimo por nadie", subrayó la portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland.
Amnistía denunció que al menos 52 de las víctimas, entre ellas diez menores, sufrieron palizas, quemaduras, descargas eléctricas y otros abusos durante su encarcelamiento.
Las víctimas eran personas a las que se habían llevado detenidas cuando la población siria se echó multitudinariamente a la calle contra el régimen de Bashar Al Assad en marzo de este año. Son todos hombres, entre ellos 10 niños, algunos de tan sólo 13 años.
“Estas muertes de detenidos están adquiriendo proporciones masivas y parecen ser una prolongación del mismo desprecio brutal que vemos a diario en la calle en Siria”, ha afirmado Neil Sammonds, investigador de Amnistía Internacional sobre Siria.
“Los relatos de tortura recibidos son horribles. Creemos que el gobierno sirio está persiguiendo sistemáticamente a su propio pueblo a una escala inmensa”, agregó. "Creemos que, consideradas en el contexto de las violaciones generalizadas y sistemáticas de derechos humanos que se están cometiendo en Siria, estas muertes bajo custodia podrían constituir crímenes de lesa humanidad”, manifestó Sammonds.
“La respuesta del Consejo de Seguridad ha sido totalmente inadecuada hasta ahora, pero no es demasiado tarde aún para que tome medidas firmes y jurídicamente vinculantes”, concluyó.