La reunión en Caracas entre los presidentes de Venezuela, Hugo Chávez y su visitante, Mahmoud Ahmadinejad dejó más de lo mismo, una retórica encendida, declaraciones de buena voluntad y pocas novedades en particular en términos de acuerdos petroleros.
De esta forma Ahmadinejad, puso en marcha una gira que incluye además a Nicaragua, Cuba, Guatemala y Ecuador. En La Habana, Ahmadinejad dará un discurso en la Universidad.
Pero en la gira el gran ausente es Brasil, al que Ahmadinejad no solicitó visitar, pero tampoco fue invitado, como hace dos años.
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En el encuentro en Caracas no faltó la retórica dirigida a Estados Unidos y las naciones de la Unión Europea que han sancionado a Irán por su programa nuclear, aunque sin mencionarlos.
Ahmadinejad dijo que “el sistema dominante está decadente” o apostó a colocar al gobierno de Venezuela en una posición aún más cercana a la aislada nación, al decir que “a pesar de los arrogantes que no quieren que estemos juntos, estaremos juntos para siempre”, dijo el líder iraní al dar las manos a Chávez.
El mandatario venezolano aportó su parte al señalar que ambas naciones trabajan juntas para “frenar la locura imperialista”, aunque no mencionó ni a Estados Unidos ni a los países europeos de los que se ha distanciado.
Petróleo no estuvo en la mesa
Sin embargo en momentos en que Irán está amenazando con cerrar el estrecho de Ormuz y con ello el tránsito de buena parte del petróleo que abastece a occidente, el tema petrolero no fue parte de los convenios firmados.
Ambas naciones tienen acuerdos por $5.000 millones de dólares y convenios y renovaron varios acuerdos de comercio, tecnología y política, pero ningún convenio petrolero.
Tras los acuerdos firmados en 2010 a través del cual Venezuela enviaría gasolina a Irán y las sanciones del departamento de Estado contra la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), esta vez el petróleo no fue parte de los anuncios públicos.
Mientras tanto y más allá de la retórica, el principal mercado petrolero de Venezuela es Estados Unidos y el gobierno de Chávez nunca ha concretado las amenazas de cortar el abastecimiento de crudo al mercado estadounidense.
Una nación con pocos amigos
El presidente de Irán apuesta en la gira latinoamericana a “reforzar los escasos vínculos que tiene en el mundo, porque tiene pocos, muy pocos amigos en el mundo”, dijo a la Voz de América, Michael Shifter del instituto Diálogo Interamericano en Washington.
Un ejemplo es que Brasil no ha sido parte de la gira del líder iraní, como ocurrió hace dos años cuando fue recibido por el entonces presidente, Luiz Inácio Lula da Silva.
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Desde enero de 2011, cuando asumió Dilma Rousseff, las relaciones se han hecho distantes y fría. La mandataria brasileña fue clara respecto al rechazo a la política de Irán de no respetar los derechos de los mujeres y los derechos humanos en general.
Sin embargo, la asesoría de prensa de Itamaraty, la sede de la cancillería brasileña, informó que fue una opción de Irán no consultar a Brasil, al conformar la agenda de Ahmadinejad, ya fuera para evitar una respuesta negativa, o porque el líder iraní no tiene interés en reunirse con Rousseff.
Por otra parte, Marco Aurelio García, consejero internacional de Rousseff, dijo que la sede de la presidencia, el Palacio del Planalto, no recibió un planteo del gobierno de Irán, pero tampoco invitó a Mahmoud Ahmadinejad.
Este aspecto fue señalado por Shifter, quien considera que Irán ha perdido terreno en la región al no poder incluir a Brasil, la principal potencia económica regional.
En cambio, en el caso de las otras naciones que visita Ahmadinejad, "son países que no van a rechazar la oportunidad de hacer negocios o recibir inversiones de ningún país, y esperan que la visita pueda ayudarlos económicamente, además de que les da la oportunidad de oponerse ante Estados Unidos", admite.