La presencia de fuerzas extranjeras en el Golfo aumenta la "inseguridad", advirtió este domingo el presidente iraní Hassan Rouhani tras el anuncio del envío de refuerzos de tropas estadounidenses a la región.
Durante la inauguración de un desfile militar en Teherán, Rouhani anunció que Irán presentará "en los próximos días" en la ONU un plan de cooperación para garantizar la seguridad "del Golfo Pérsico, del estrecho de Ormuz y del mar de Omán" entre países ribereños.
"Su presencia siempre ha traído dolor y desgracia en la región", manifestó el presidente iraní, señalando "a quienes quieren hacer a Irán responsable" de los males de la región.
"Cuanto más lejos estén de nuestra región, más seguridad habrá", agregó Rouhani, en la alocución transmitida en directo por la televisión estatal.
"Desde nuestro punto de vista, la seguridad del Golfo Pérsico viene del interior. La seguridad del Golfo Pérsico es endógena, la seguridad del estrecho de Ormuz es endógena. Las fuerzas extranjeras son fuente de problemas e inseguridad para nuestro pueblo y para la región", añadió.
Rouhani reiteró, por otra parte, que su país tendía "la mano de la amistad y la fraternidad" a los otros países ribereños del Golfo. La región vive un "momento sensible y de una importancia histórica", subrayó.
Aludiendo a los vecinos árabes del Golfo con los que Irán mantiene tensas relaciones, como Arabia Saudita o Emiratos Árabes Unidos, Rouhani dijo que su gobierno está "incluso dispuesto a ignorar sus errores pasados".
"Porque hoy la situación es tal que los enemigos del islam y de la región; es decir, Estados Unidos y el sionismo quieren hacer un mal uso de nuestras divisiones", agregó.
Por ello, aseguró que Irán presentará en la Asamblea General de las Naciones Unidas, que inicia el 24 de septiembre en Nueva York, un plan de cooperación regional bautizado "Esperanza", del cual no dio detalles.
El pasado viernes, el secretario de Defensa de EE.UU., Mark Esper, anunció que su país enviará al Golfo refuerzos militares a petición de Arabia Saudí y los Emiratos Árabes, tras los ataques contra instalaciones petroleras sauditas reivindicados por los rebeldes yemenitas, pero que Riad y Washington atribuyen a Teherán.
Los ataques, que redujeron a la mitad la producción de petróleo saudita y dispararon el precio del oro negro, atizaron el temor a un enfrentamiento militar entre Estados Unidos e Irán.