Llegan a las 11 de la mañana los sábados a esta parroquia del Buen pastor en Brooklyn. Estos migrantes saben que aprendiendo inglés tendrán mejores oportunidades en Estados Unidos. Aquí las clases son gratuitas e intensivas por cuatro horas.
“Ya una vez que tengamos los permisos de trabajo ya uno puede aplicar a lo que sé yo, yo tengo una rama, yo soy profesional, operador de grúa y necesitó aprender el idioma”, comenta Jimmy Sandoval, Migrante ecuatoriano.
Jimmy Sandoval nos muestra sus notas con la lección de los día de la semana y nos habla del progreso que ha tenido gracias a estas clases.
Además de encontrar trabajo, saber ubicarse y pedir comida son expresiones esenciales en la comunicación. Noele Koestline, pastora retirada que vive en Florida y aprendió español en Perú, no dudó en ofrecerse de voluntaria para impartir clases en salones adaptados en la parroquia
“Ya quería ayudar a los inmigrantes y todo el sufrimiento que he visto y conozco”, dice Noele Koestline, Profesora voluntaria.
Sin embargo, enfrenta varios retos…
“Esta gente está tan cargada con cosas que tiene que hacer, que su asistencia no puede ser muy consistente. Entonces una semana están y otra semana no pueden estar y la otra cosa es que están mezclados en niveles”, continúa Koestline.
Muchos migrantes dependen enteramente de los esfuerzos individuales de estas parroquias para aprender el idioma inglés. Ángela González, Voz de América, Nueva York.