Los dos principales sindicatos de Portugal convocaron una huelga general para manifestarse en contra de las medidas de austeridad anunciadas por el gobierno.
Los manifestantes produjeron cortes en prácticamente todos los servicios, interrumpiendo el transporte de ferrocarriles, autobuses y aviones, así como otros sectores, entre los que se encuentran bancos y hospitales, para protestar contra las reducciones de salarios y el aumento del desempleo.
El gobierno está tratando de desmentir las especulaciones sobre si Portugal será el próximo país europeo que necesitará un rescate después de Irlanda y Grecia. Por su parte, el primer ministro José Sócrates ha prometido que seguirá adelante con los recortes salariales y las alzas de impuestos para reducir el déficit presupuestario.
"Hay piquetes fuera, pero están dejando a la gente entrar y salir", dijo Carlos Chora, coordinador sindical de Autoeuropa de Volkswagen, principal exportador del país.
Los puertos también permanecen cerrados, y la aerolínea nacional, TAP, ha cancelado la mayoría de los vuelos.
Con un desempleo, que ya se encuentra en su nivel más alto desde la década de 1980, en un 10,9% y ante las previsiones de un posible aumento, el descontento social no cesa en una Lisboa que lleva semanas empapelada de carteles que instan a los trabajadores a sumarse a los paros.