La secretaria de Estado de EE.UU. Hillary Rodham Clinton presionó a los líderes egipcios de transición a cumplir con las promesas de reformas democráticas después de la caída del presidente autocrático en una revuelta popular.
Clinton es la primera funcionaria de alto nivel del gobierno de Barack Obama que visita Egipto desde el levantamiento que derrocó a Hosni Mubarak. Su visita tiene lugar en medio de preocupaciones de que las rebeliones que conmueven el Oriente Medio no produzcan el tipo de cambios y libertades políticas que los pueblos reclaman.
En particular le interesa asegurarse de que los nuevos líderes egipcios cumplan con las aspiraciones de los manifestantes y, en particular, garanticen el respeto a los derechos humanos. Debe participar en una cena de trabajo y una conferencia de prensa en El Cairo con Nabil Elabraby, flamante canciller egipcio.
Posteriormente en El Cairo, la funcionaría estadounidense hablará con activistas para estimularlos a que sigan haciendo oír sus voces, pero también a ser pacientes a medida que avanza la transición.
Este miércoles Clinton viajará a Túnez, donde se inició en diciembre la ola de rebelión que ha conmovido al mundo árabe.
En su más reciente viaje al Oriente Medio —en enero a Túnez—, la secretaria de Estado advirtió a los gobiernos árabes que corrían el riesgo de “enterrarse en la arena” si no respondían a las demandas de sus pueblos. Un día después, el presidente tunecino Zine El Abidine Ben Alí huyó al exilio, lo que envalentonó a los manifestantes en otras naciones.
La jefa de la diplomacia estadounidense llegó procedente de París, donde los países del G8 no consiguieron el martes un acuerdo para imponer al régimen de Libia, que se enfrenta a una rebelión sin precedentes, una zona de exclusión aérea o someterlo a bombardeos con blancos específicos.
Lea además:
Clinton se reúne con Sarkozy