El secretario de Defensa de Estados Unidos, Chuck Hagel, defendió un acuerdo mediado por el gobierno catarí que permitió la liberación del sargento estadounidense Bowe Bergdahl a cambio de seis combatientes talibanes.
Hagel también defendió la decisión de no informar al Congreso antes de que tuviera lugar el intercambio de prisioneros, como requiere la ley.
“Luego de cinco años, él ha sido prisionero de guerra”, dijo. “En cuanto a notificar al Congreso, sí hay un plazo de 30 días de notificación. Yo notifiqué ayer (el sábado) al liderazgo del comité respectivo”.
“Esto es parte de la responsabilidad que tengo como Secretario de Defensa. Esto fue esencial, en nuestra opinión, para salvar la vida del sargento Bergdahl. Teníamos información que su salud podía estar deteriorándose rápidamente. Había dudas sobre su seguridad. Encontramos una oportunidad. Tomamos esa oportunidad. Y defiendo esa decisión”, añadió.
Preguntado si el intercambio puede abrir el camino para reiniciar las conversaciones de paz con el Talibán, Hagel dijo que sí existe esa posibilidad.
“Como saben, nosotros apoyamos fuertemente el esfuerzo afgano de entablar un acuerdo con el Talibán. Como recuerdan, hemos estado en conversaciones con el Talibán desde 2012. Ellos rompieron esas negociaciones. No tenemos relaciones formales desde entonces”, aseguró.
El senador republicano, John McCain, por sí mismo ex prisionero de guerra durante el conflicto en Vietnam, dijo el domingo al programa Face the Nation, que los cinco talibanes entregados son “lo más duro del núcleo” terrorista y pueden ser responsables por la muerte de miles.
“Yo creo que el gran tema aquí es qué va a pasar con estos cinco individuos”, apuntó McCain. “Si vuelven a la lucha, van a poner vidas estadounidenses en peligro y nadie de nosotros quiere eso”, añadió.
Hagel, sin embargo, no cree que el acuerdo ponga en peligro a personal civil o militar estadounidense adicional o que los anime a tomar más rehenes para exigir rescate. Hagel y otros expertos coinciden en que el Talibán siempre ha tratado de capturar estadounidenses por lo que esto no es nada nuevo.
Estados Unidos defendió el canje de prisioneros de Guantánamo por el soldado secuestrado, Bowe Bergdahl, aunque destacó que se trató de un caso con circunstancias especiales. La portavoz del departamento de Estado, Jen Psaki, evitó comparar el caso con el de Alan Gross detenido en Cuba.
“El sargento Bergdahl es un militar que fue detenido en un conflicto armado, lo que es obviamente una circunstancia única. En cualquier caso, Sea Alan Gross o Kenneth Bayh u otro ciudadano estadounidense que esté detenido, nosotros tomamos todas las medidas posibles para asegurar su regreso a Estados Unidos”, dijo.
Hagel también defendió la decisión de no informar al Congreso antes de que tuviera lugar el intercambio de prisioneros, como requiere la ley.
“Luego de cinco años, él ha sido prisionero de guerra”, dijo. “En cuanto a notificar al Congreso, sí hay un plazo de 30 días de notificación. Yo notifiqué ayer (el sábado) al liderazgo del comité respectivo”.
“Esto es parte de la responsabilidad que tengo como Secretario de Defensa. Esto fue esencial, en nuestra opinión, para salvar la vida del sargento Bergdahl. Teníamos información que su salud podía estar deteriorándose rápidamente. Había dudas sobre su seguridad. Encontramos una oportunidad. Tomamos esa oportunidad. Y defiendo esa decisión”, añadió.
Preguntado si el intercambio puede abrir el camino para reiniciar las conversaciones de paz con el Talibán, Hagel dijo que sí existe esa posibilidad.
“Como saben, nosotros apoyamos fuertemente el esfuerzo afgano de entablar un acuerdo con el Talibán. Como recuerdan, hemos estado en conversaciones con el Talibán desde 2012. Ellos rompieron esas negociaciones. No tenemos relaciones formales desde entonces”, aseguró.
El senador republicano, John McCain, por sí mismo ex prisionero de guerra durante el conflicto en Vietnam, dijo el domingo al programa Face the Nation, que los cinco talibanes entregados son “lo más duro del núcleo” terrorista y pueden ser responsables por la muerte de miles.
“Yo creo que el gran tema aquí es qué va a pasar con estos cinco individuos”, apuntó McCain. “Si vuelven a la lucha, van a poner vidas estadounidenses en peligro y nadie de nosotros quiere eso”, añadió.
Hagel, sin embargo, no cree que el acuerdo ponga en peligro a personal civil o militar estadounidense adicional o que los anime a tomar más rehenes para exigir rescate. Hagel y otros expertos coinciden en que el Talibán siempre ha tratado de capturar estadounidenses por lo que esto no es nada nuevo.
Estados Unidos defendió el canje de prisioneros de Guantánamo por el soldado secuestrado, Bowe Bergdahl, aunque destacó que se trató de un caso con circunstancias especiales. La portavoz del departamento de Estado, Jen Psaki, evitó comparar el caso con el de Alan Gross detenido en Cuba.
“El sargento Bergdahl es un militar que fue detenido en un conflicto armado, lo que es obviamente una circunstancia única. En cualquier caso, Sea Alan Gross o Kenneth Bayh u otro ciudadano estadounidense que esté detenido, nosotros tomamos todas las medidas posibles para asegurar su regreso a Estados Unidos”, dijo.