No todos los migrantes corren la misma suerte en Nueva York. Hombres que llegaron a Estados Unidos sin familia, fueron trasladados a una antigua prisión. Los migrantes se quejan de las condiciones de hacinamiento e higiene y que no han podido obtener ayuda legal. Hablaron con la Voz de América pero pidieron permanecer anónimos.
“A muchos nos afecta porque yo me he enfermado, se me infectó una muela, recién cuando llegué por lo mismo broma de eso, como le digo, es antihigiénico y uno vive demasiado desagradable allí”.
"¿Has podido hacer algún proceso con tus papeles o estás esperando, cómo estás?".
"No he podido hacer nada porque tengo que pagar un abogado, si sabe entonces no trabajo, no tengo ningún recurso para pagar un abogado”, dice un migrante venezolano.
Su llegada a esta antigua prisión en Harlem convertida ahora en refugio los tomó por sorpresa.
“Nos montaron en un bus cuando llegamos fue que nos tuvieron acá hicimos una fila, nos registraron que nos iban a dar habitación, cuando nos dimos la sorpresa de que entramos y una habitación de 9, de 10, de 11”, narra un migrante colombiano.
Sin asesoría legal, este migrante colombiano teme ser deportado.
“No hemos metido el asilo por el medio de la cuestión de que dicen que van a deportar, de que se va acabar todo eso, entonces el miedo es que no sabemos is pasarlo o no pasarlo”, continúa.
No es el caso de Mitzael, venezolano que llegó con su familia desde Chile y fue ubicado de inmediato en una habitación privada y ya tramitó su documento de identificación. Además, recibió atención médica.
¿En qué te han ayudado?
En todo, en las vacunas, en la vivienda, en la comida, todo bien gracias a Dios”, comenta Mitzael Pérez, Migrante venezolano.
El gobierno de Nueva York ya lleva abiertos 176 albergues de emergencia en un esfuerzo para hacerle frente al influjo nunca antes visto de migrantes llegando a la ciudad.
En el centro humanitario más reciente que acaba de abrir la ciudad se espera entregar diferentes servicios a al menos 500 familias de migrantes que acaban de llegar. Ángela González, Voz de América, Nueva York.