La gira anunciada del presidente Barack Obama por Brasil, Chile y El Salvador será una oportunidad para reforzar las relaciones entre Estados Unidos y América Latina, que han quedado un poco desplazadas por temas más urgentes para Obama como la crisis económica, las dos guerras en el extranjero y los embates con el ala republicana del Congreso.
Michael Shifter, presidente de Inter-American Dialogue, un centro de análisis en Washington, dijo a voanoticias.com que si bien las relaciones con América Latina son buenas, hay cierta “decepción” compartida por ambas partes ante la falta de avances significativos en temas centrales como el narcotráfico y la inmigración.
También es una oportunidad para encaminar las relaciones económicas de Estados Unidos con la región –que ha crecido constantemente en los últimos años pese a la crisis mundial-, y contrarrestar la presencia de China.
“No quiero exagerar sobre este punto, no es que Estados Unidos esté buscando hacer un contrapeso, pero hay una sensación de que China extendió sus relaciones económicas con los países latinoamericanos –y se afianza como el principal socio comercial de Brasil, Chile y Perú-, y creo que Estados Unidos quiere recuperar un poco el terreno perdido”, consideró el experto.
Lea además: Las claves del Mensaje a la Nación
En este contexto, la decisión de Obama de visitar Brasil, Chile y El Salvador en su primera gira por América Latina desde que asumió la presidencia es “muy lógica y razonable”, dijo Shifter.
“Brasil, obviamente, es un país clave. No puede viajar a América del Sur sin ir a Brasil”, aseguró. “Es un líder regional y un país con un nuevo gobierno”.
Es un buen momento para reencauzar las relaciones entre Washington y Brasilia, que en los últimos dos años del gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva se vieron empañadas por las muestras de apoyo de Lula a Irán.
Con el nuevo mandato de Dilma Rousseff, “hay posibilidades para que redefinan una relación más constructiva, de mayor confianza”, consideró Shifter.
La elección de visitar Chile tampoco sorprende al experto. Tradicionalmente, ha tenido muy buenas relaciones con Estados Unidos –algo que el nuevo presidente Sebastián Piñera busca mantener- y su desempeño económico es “excelente”. Tampoco hay que olvidar que “la historia de los mineros es un factor muy atractivo”.
Lea además: Obama llamó a la nación a avanzar
¿Y El Salvador? Shifter dijo que es “una pieza muy importante para Estados Unidos” en su lucha contra las drogas. Centro América es vista con mucha preocupación por los altos niveles de criminalidad y el peligro de que los cárteles de droga mexicanos extiendan su presencia en la región.
“Existe la sensación de que la violencia en México se está desplazando hacia Centro América”, aseguró. “Y en el caso de El Salvador, se buscará fortalecer la capacidad de los gobiernos civiles para responder a los grandes desafíos de violencia, criminalidad y buscar mejores formas de cooperación con Estados Unidos. Es un tema urgente”.
No hay que olvidar, además, que el homólogo salvadoreño de Obama, Mauricio Funes, adoptó una posición más moderada y pragmática que Washington ve con buenos ojos. “Ha sido aliado de Estados Unidos en temas importantes como Honduras”, destacó Shifter.
Uno de los grandes ausentes en la gira de Obama es Colombia, consideró el experto. Si bien prefirió no especular sobre los motivos que llevaron a excluir el país de su lista, dijo que esto podría deberse a la falta de definición en Washington sobre el TLC con Colombia.
“Pero me parece que los tres países elegidos son centrales y obviamente, Brasil es el más importante de los tres”, aseguró.