EE.UU. tiene importantes intereses nacionales en juego en América Latina y la mejor manera de hacerlos progresar es trabajando activamente con las naciones de la región, dijo el secretario de Estado adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental, Arturo Valenzuela.
En una audiencia ante el subcomité para el Hemisferio Occidental de la Cámara de Representantes, Valenzuela señaló que es por eso que el presidente Barack Obama anunció en su discurso sobre el Estado de la Unión que viajará a Brasil, Chile y El Salvador en marzo próximo “para forjar nuevas alianzas” en la región.
Valenzuela dijo que Washington es optimista respecto a Latinoamérica porque ve “la convergencia de dos poderosas y positivas tendencias: la consolidación de exitosas democracias de mercado y una creciente integración global”.
Los mayores desafíos regionales, incluyendo la desigualdad, falta de transparencia y responsabilidad, insuficiente respeto a los derechos humanos, instituciones inefectivas y la falta de oportunidades están retrocediendo en la mayoría de los países del área, dijo.
Pero el presidente del subcomité, el congresista Connie Mack, se quejó de que el gobierno estadounidense no haya enviado todavía al Congreso para su ratificación los tratados de libre comercio con Colombia y Panamá.
En una dura crítica a la Casa Blanca, Mack dijo que "el principal problema parece ser que apoyamos a nuestros enemigos mientras damos la espalda a nuestros aliados".
Al ser interpelado sobre Venezuela por Mack, Valenzuela dijo que a EE.UU. le preocupan los vínculos del gobierno del presidente Hugo Chávez con el régimen de Teherán, y está examinando "de cerca" si Caracas viola las sanciones internacionales adoptadas contra Irán al cooperar con ese país en materia energética.
También afirmó que la reciente delegación de poderes legislativos al ejecutivo en Venezuela “viola la doctrina de la separación de poderes y por lo tanto contraviene la Carta Democrática Interamericana”.
Respecto a Cuba, recordó que en sus dos años en la Casa Blanca, el presidente Barack Obama ha adoptado medidas para incrementar los contactos familiares y promover el libre flujo de información hacia y desde la isla, incluyendo el levantamiento de restricciones que permiten que más estadounidenses puedan viajar a Cuba.
Sin embargo, deploró el reciente anuncio del gobierno cubano de que pretende pedir 20 años de prisión para el estadounidense Alan Gross, a quien La Habana acusa de espionaje, y volvió a urgir a las autoridades de la isla a que lo liberen incondicionalmente.
Durante la audiencia, tanto el congresista Mack como su colega David Rivera, ambos republicanos, se opusieron enérgicamente a que EE.UU. flexibilice las sanciones a Cuba sin lograr a cambio una apertura democrática en la isla.
Valenzuela dijo que el tráfico de drogas y las transnacionales del crimen amenazan el imperio de la ley en Latinoamérica y el Caribe y también son una amenaza para la seguridad nacional de EE.UU., por lo que a Washington le interesa reforzar la capacidad de la región para combatirlos.
También ilustró los fuertes nexos de Washington con la región resaltando que el 40 por ciento de las exportaciones de los países del área tuvieron en 2009 como destino EE.UU., y el comercio bilateral alcanzó ese año 524 mil milllones de dólares.
Las remesas familiares enviadas desde EEUU a América Latina y el Caribe ese año sumaron 62 mil millones de dólares, lo que subraya los fuertes lazos familiares con la región, señaló.