La muerte del ex líder libio Muammar Gadhafi puede convertirse en una advertencia para los autócratas de la región que enfrentan sus propias manifestaciones internas, pero por el momento, el mayor impacto será sobre la transición en Libia.
Las imágenes de Gadhafi, que aparentemente fue capturado por los rebeldes y arrastrado por las calles en Sirte, marcó un giro nuevo en los violentos levantamientos que han sacudido al mundo árabe este año.
Para Elizabeth Arrott, corresponsal de la Voz de América en El Cairo, Egipto, fue un final sangriento para un gobierno dictatorial.
El primero en caer fue Zine al-Abidine Ben Ali en Túnez, cuando las extensas manifestaciones derrocaron su gobierno a principios de 2011. Después, Hosni Mubarak en Egipto sufrió la misma suerte cuando hasta las fuerzas armadas le dieron la espalda.
Pero las manifestaciones populares y la toma de armas en Libia han sido vigiladas de cerca por la población en Yemen, Siria y otros países.
"El asesinato de Gadhafi, el dictador, envía un mensaje duro al presidente de Yemen que todavía quiere permanecer en el poder", dijo Said Sadek, profesor de Ciencias Políticas y Sociología en la Universidad Americana de El Cairo.
Sadek aseveró a su vez que “el presidente sirio Bashar al-Assad tiene que darse cuenta que los tres dictadores más prominentes del mundo árabe, Mubarak, Ben Ali y Gadhafi fueron derrocados. Creo que al-Assad debe estar teniendo pesadillas”.
Ventajas y desventajas
Pero el asesinato de un gobernante que ha estado en el poder por mucho tiempo puede traer muchos problemas.
Mientras otros factores entran en juego, la ejecución de Saddam Hussein en Irak ayudaron a reunir a sus partidarios, amplificando la violencia sectaria que azota el país hasta ahora. Túnez, por otra parte, se ha movido mucho más rápidamente hacia un nuevo orden, ya que lleva cabo elecciones este domingo.
Para Rania al Malki, una analista política y editora en El Cairo, la muerte de Gadhafi trae ventajas.
"Creo que su muerte significa un cierre. Hemos detectado la falta de un cierre en Egipto. Mientras nuestro ex presidente (Mubarak) está siendo juzgado, sigue habiendo una herida abierta que se mantendrá por un tiempo largo”, dijo Malki.
“El juicio hace recordar a la gente una y otra vez lo que pasó antes, y especialmente hace recordar a los mártires que fueron asesinados durante el levantamiento".