La I Cumbre de Ciudades de las Américas comenzó en la ciudad de Denver, Colorado, con la participación de más de 3.500 líderes de toda la región y la presencia de más de 250 alcaldes, que juntos abordarán los desafíos para afrontar la crisis climática.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha impulsado este encuentro con altos funcionarios de organismos públicos y empresas privadas con el objetivo de poner sobre la mesa las problemáticas y las estrategias que se deben seguir para adaptarse al cambio climático. Entre ellos, están los desplazamientos forzados en el continente americano a consecuencia del calentamiento global.
20 millones de desplazados al año
Un informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) señala que “cada año, más de 20 millones de personas deben abandonar su hogar y trasladarse a otros puntos de su propio país debido a los peligros que causan la creciente intensidad y frecuencia de eventos climáticos extremos” como lluvias intensas, sequías prolongadas, desertificación, degradación ambiental, ciclones o aumento del nivel del mar.
Otros, sin embargo, se ven obligados a marcharse a otros países y “cruzar fronteras en el contexto de desastres y cambio climático”, según explica la agencia dependiente de la ONU, por lo que en muchas ocasiones se requiere de protección internacional.
Migración y cambio climático
El tema de las migraciones forzadas por el cambio climático se ha incluido en este foro regional de primer nivel, según explicaba Kristina Rosales, portavoz del Departamento de Estado de EEUU, en declaraciones a la Voz de América.
“Migración y cambio climático son dos temas que van prácticamente en dos verticales, paralelamente”, argumenta la funcionaria del gobierno de EEUU, advirtiendo que esta tendencia “la hemos visto en la frontera” entre México y Estados Unidos.
“Sabemos que son temas que tenemos que abordar conjuntamente. Yo puedo decir que son los temas más importantes que vamos a tener que tratar en esta cumbre y ciertamente es la oportunidad que tenemos de tener esas conversaciones, de reunirnos nuevamente casi un año después de la Cumbre de las Américas que tuvimos en Los Ángeles, pero ahora a nivel local y teniendo la oportunidad también de incluir otras voces”, agrega al respecto.
Planes conjuntos en la región
En esa línea, la Casa Blanca, a pesar de sus intenciones de liderar esta conversación, admite que esta problemática no se puede abordar de manera unilateral, sino que se debe incorporar “al sector privado, a la juventud, etc”. “Necesitamos también a la sociedad civil para tener esas conversaciones y poder darle ese avance a estos temas de importancia”, sostenía.
Otro informe del Banco Mundial señala que la tendencia de la migración forzada por el cambio climático irá al alza en los próximos años “si no se toman medidas rápidas y concertadas para reducir las emisiones globales”.
Se estima que para el año 2050, “216 millones de personas podrían verse obligados a desplazarse dentro de su país por motivos climáticos”. Eso sí, el documento señala que si implementan políticas para reducir los efectos negativos ante la crisis climática, ese número podría reducirse a 44 millones de personas.
Perspectivas de futuro
“La escala de la migración interna provocada por impactos climáticos será mayor en las regiones más pobres y vulnerables al cambio climático, lo que indica que las deficiencias subyacentes en la capacidad de los sistemas sociales, económicos y de medios de subsistencia para abordar el cambio climático podrían socavar los logros en materia de desarrollo”, expone.
Carolina Leitao, alcaldesa del municipio chileno de Peñalolén, que también participa en la Cumbre de Ciudades de las Américas, reconoce que este fenómeno migratorio causado por la situación climática también lo está viviendo.
“Estamos viendo que estas tendencias tienen que, por ejemplo, con temas de desertificación, donde los cultivos ya no se pueden desarrollar en zonas tradicionales, por lo que la gente se va trasladando a lugares hay mayor cantidad de agua, por ejemplo”, comentaba.
Ante esto, la portavoz del Departamento de Estado de EEUU, sostiene que esta cuestión se debe abordar en conjunto con los países de la región, por lo que este encuentro en Denver, Colorado, debe ser el punto de partida de esta conversación.
“Tenemos que tratar con nuestros vecinos, con la región, para poder ayudar con inversiones, ya sea de forma de asistencia humanitaria o hasta inversiones para que estos países y ciudades puedan abordar el cambio climático”, aseguró Rosales.
Todo ello con planes específicos para impulsar las economías en esas zonas más desfavorecidas y evitar, en la medida de lo posible, que sus poblaciones se vean obligadas a emigrar a otros lugares.
“Queremos que las personas puedan considerar quedarse y vean que hay soluciones locales, que hay soluciones en el país para poder quedarse, sin tener la necesidad de estar pensando en emigrar porque les está afectando la crisis climática”, dice.
El Pacto Mundial sobre los Refugiados, que fue ratificado en la Asamblea General de la ONU en 2018, precisamente reconocía que “el clima, la degradación ambiental y los desastres naturales interactúan cada vez más con las causas detrás de los desplazamientos de refugiados”.
El plan de ACNUR
ACNUR ya en ese entonces diseñó una estrategia al respecto que se basaba en tres puntos esenciales. El primero, en crear un marco normativo, de manera que se pudiera dar asesoría y apoyo jurídico a las personas refugiadas y desplazadas a consecuencia del cambio climático.
El otro punto hacía referencia al diseño de un plan para mejorar la preparación y fortalecer la resiliencia de las personas desplazadas, y también impulsando políticas para reducir los efectos del cambio climático.
Por último, creando un plan para mejorar la sostenibilidad reduciendo “la emisión de gases de efecto invernadero y el impacto negativo en el ambiente”.
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