¿Qué tiene que ver un músico brasilero con un defensor del consumidor, una periodista independiente y una representante del gobierno venezolano? Su interés en construir microsociedades sostenibles. Sin embargo, llevar un ideal a la práctica sigue siendo una tarea difícil.
El nuevo movimiento verde en Estados Unidos es un reflejo del estilo de vida que muchos están buscando y construyendo día a día. El intento por mejorar nuestro medio ambiente implica, muchas veces, cuestionar lo que el mercado ofrece actualmente (en lo que muchos describen como capitalismo extremo), y plantear nuevas políticas en la sociedad y en la economía.
Finanzas y medio ambiente
Crear conexiones con empresas, industrias y consumidores es una de las principales tácticas de la organización América Verde para promover un ambiente más sostenible.
En los eventos de esta organización, como el que acaba de suceder en Washington, se crea un espacio de integración entre los ciudadanos de comunidades locales, comerciantes, y artistas para compartir sus experiencias trabajando en sistemas sostenibles de todo tipo.
Los intercambios incluyen siempre productos o mercancías que buscan, sin evitar lidiar conlas finanzas, soluciones ecológicas. Por ejemplo, en la exhibición se encontraban gran variedad de productos para el cuidado de bebés, incluyendo opciones diferentes para los pañales de plástico, tan controversiales por su larga biodegradación.
También, la capital contó con la presencia de cadenas de alimentos que ofrecen productos cultivados sin insecticidas ni químicos que afecten a los ecosistemas. En el área de comidas, varias de las discusiones abiertas, incluían las definiciones de productos orgánicos, naturales y productos comerciados con justicia.
Política por el medio ambiente
"El mayor reto en términos de legislación está en los sectores de la agricultura y lo que se denomina el sector de desarrollo,” dijo a voanoticias.com George Hawkins, ex director del departamento del Medio Ambiente del Distrito.
“Cuando uno visita las expansiones de las ciudades y ve por ejemplo el manejo de basura o la construcción de parqueaderos donde no se ha hecho un diseño pensando en el ambiente, el agua lluvia llega en cantidades allí y se quedan estancadas. No es absorbida por la tierra. Estas aguas van directamente al acueducto desperdiciando energía en su procesamiento y aumentando los niveles de los ríos," dijo Hawkins.
Con la apropiada legislación se podría no solo estimular sino exigir que las construcciones ofrezcan soluciones que beneficien al planeta y permitan la reutilización de los recursos. De este tipo de incursiones legislativas hablaron algunos invitados especiales al Festival Verde en Washington.
Por ejemplo, Ralph Nader, quien se autodenomina el “ciudadano público”, se refirió a las políticas que han funcionado y a las que no en Estados Unidos.
Para hablar sobre las iniciativas en América Latina, Claudia Salerno, encargada especial del Cambio Climático de la República de Venezuela, ofreció una charla con Pablo Solón, el Embajador de Bolivia para las Naciones Unidas.
Transgresión en otras aéreas
Para hablar de sistemas sostenibles, este nuevo movimiento verde plantea la teoría de innovar en todo sentido y así lo quiso demostrar con conversaciones con vanguardistas en el área de los medios y la música.
Gilberto Gil, músico reconocido internacionalmente por su constante aportación a la música popular brasileña fue uno de los invitados a dialogar con los presentes sobre su interés por crear música de una forma más cooperativa y compartiendo los derechos de autor, como se hace con Creative Commons.
A su vez, Amy Goodman, periodista líder del movimiento de prensa independiente en Estados Unidos, se refirió a las posibilidades de producir, escribir y publicar noticias independientemente en un mercado controlado por muy pocos medios, gracias a la nueva tecnología.
El reto
Aunque este evento tiene muy buena intención, fue inevitable preguntarse a quién estaba dirigido. Si se trataba de convencer a quien todavía no está muy familiarizado con el tema de lo sostenible, es difícil de vender la idea de tomar un sábado o un domingo para pagar $5 dólares sin tener claro cuál puede ser el beneficio.
Quienes tenían este beneficio claro eran los que tenían en mente un proyecto sostenible en casa, un panel solar o un sistema para economizar agua, y en un sólo lugar pudieron hablar con varias empresas y escuchar testimonios de quienes ya lo han implementado. Sin embargo, esta es una pequeña parte de quienes asistieron al Centro de Convenciones.
Las charlas y los invitados especiales fueron de seguro beneficio para aquellos que están en posición de tomar decisiones locales o nacionales sobre nuevas iniciativas, y entender lo que realmente está ofreciendo el mercado para solucionar los problemas ambientales.
Para quienes, como yo, tenemos un interés en el tema pero no un proyecto en el medio del camino, lo más interesante fueron las charlas, que tenían una audiencia ambulante y aleatoria. La comida, aunque sabrosa y orgánica, fue más costosa de lo que me gustaría pagar por un evento como este. Y los productos del día a día no estaban a la venta; sólo estaban en exhibición.
Queda claro que para mejorar este lugar llamado Tierra y nuestras vidas hay transgredir muchas de las costumbres o rutinas que se han empezado a llamar la “norma”. El Festival Verde, sus invitados especiales, pero sobre este todo el movimiento global, está demostrando que las acciones dicen más que mil intenciones o planes juntos. Para tener éxito en estas iniciativas es necesario actuar individualmente, en nombre de un bien común: nuestro planeta.