Un día después de que el presidente de Bolivia, Evo Morales, advirtiera con cerrar la embajada de Estados Unidos en La Paz, funcionarios de su gobierno trataron de apaciguar las declaraciones del mandatario al asegurar que existen avances para el intercambio de embajadores entre ambos países.
El vicecanciller boliviano, Juan Carlos Aluralde, dijo que lo que manifestó Morales el pasado sábado era una advertencia a “futuro si volvieran a repetirse ciertas conductas” por parte de la diplomacia de EE.UU. al agregar que existe una “etapa de reconstrucción de confianza” con el gobierno de Barack Obama.
“Se está dando lugar al restablecimiento de relaciones. Es un proceso, no es de la noche a la mañana. Es progresiva la estructuración de la confianza mutua”, explicó Alurralde.
La semana pasada Morales, que fue líder sindical de una organización de cocaleros antes de llegar al poder, advirtió que si la embajada estadounidense en la capital boliviana “sigue molestando” no tendría “miedo” de cerrarla.
“Quiero advertir públicamente, no tengo ningún miedo”, señalaba el mandatario en un evento de su partido.
No obstante, hace una semana el encargado de negocios de EE.UU. en La Paz, John Creamer, manifestaba que EE.UU. y Bolivia tenían la intención de reponer sus embajadores, luego de ser expulsados en 2008.
Creamer, que estaba de visita en Washington, calificó de "complicada" la relación con Bolivia, pero afirmó que existen “intereses comunes como la lucha al narcotráfico, el desarrollo económico y la inclusión social".