La secretaria de Estado, Hillary Clinton, viajó esta semana a América Central para reunirse con gobernantes regionales y otros socios internacionales a fin de buscar soluciones integradas con el objeto de lograr una mayor seguridad de los ciudadanos en las siete naciones de la región. Su viaje a Guatemala para asistir a la Conferencia Internacional de Apoyo al Sistema de Integración Centro Americano (SICA), cumple una promesa que el presidente Obama hiciera en marzo pasado, para ayudar a nuestros vecinos a combatir e impedir el narcotráfico, el tráfico de armas, fortalecer la seguridad de sus fronteras, mejorar la efectividad de sus sistemas policiales y judiciales y derrotar a las pandillas criminales internacionales.
Las pandillas y oleadas de drogas y violencia relacionada con armas han llegado a ser los retos más grandes a la seguridad de las democracias centroamericanas. La preocupación pública por el delito está por encima de otros temas, aún el desempleo. De acuerdo con la ONU, la región es la más violenta del mundo, aparte de las zonas de guerra. La inmigración ilegal a Estados Unidos no sólo está crecientemente alimentada por la pobreza, sino por la inseguridad en los lugares de origen. La cooperación regional es vital para enfrentar el problema y las naciones de la región deben continuar trabajando con el fin de eliminar las raíces del delito y de la inseguridad ciudadana.
La asociación de Estados Unidos con sus vecinos en América Central fortalecerá los vínculos y ampliará nuestras respuestas a las preocupaciones que afectan a las Américas. La seguridad es el derecho de todos los ciudadanos, pero cada ciudadano y cada gobierno también tienen sus responsabilidades. Conjuntamente con países socios como España, Colombia, Chile, Canadá, México, la Unión Europea, y otros, Estados Unidos está enfatizando el papel de los gobiernos regionales para coordinar y apoyar esfuerzos estratégicos de larga duración con el objeto de poner fin a la violencia y mejorar la seguridad.
Nuestro país está haciendo también su parte, apoyando programas para atacar el problema, dijo la sub-Secretaria Adjunta de Estado, Julissa Reynoso.
“En Guatemala nos hemos asociado para mejorar sustancialmente las fuerzas policiales locales. En Honduras, hemos ayudado al Grupo de Trabajo de Víctimas Especiales a construir la capacidad de investigación y procesamiento. En El Salvador, nuestra transferencia de tecnología ha modernizado la policía. Las Armadas de Estados Unidos y Nicaragua colaboran en la interceptación de embarques de droga por vía marítima.”
La conferencia propuso formas para que los gobiernos de la región puedan llevar adelante programas para suprimir la violencia regional, el delito y la corrupción que amenazan a los ciudadanos. Continuamos alentando a los países participantes a apoyar a las democracias prósperas, que deben respetar los derechos humanos, promover la justicia social y mantener seguros a sus ciudadanos. Ellos son socios cruciales en el futuro desarrollo y mejores oportunidades para los residentes del hemisferio.