Manifestantes se enfrentaron por segundo día consecutivo a las fuerzas de seguridad egipcias en El Cairo con un saldo de al menos ocho personas muertas y más de 300 heridas.
Subidos a las azoteas de edificios, los soldados lanzaron piedras a los manifestantes para tratar de dispersarlos y evitar que se congregaran cerca del edificio del Parlamento en la Plaza Tahrir.
Los jóvenes demandan a la Junta Militar que gobierna desde la caída de Mubarak que traspase el poder a una autoridad civil.
Un importante clérigo estuvo entre los que fallecieron el viernes víctimas de los choques con la policía, a la que los jóvenes además de piedras les lanzó bombas incendiarias.
Un reportero de la Voz de América vio a la policía atacar con bastones de metal a los manifestantes, mientras estos erigían barricadas para protegerse de la represión.
El primer ministro egipcio, Kamal el-Ganzouri dijo por televisión que las autoridades están tratando de proteger los edificios gubernamentales, y confirmó que 18 manifestantes habían resultado heridos de bala, pero de goma, e insistió en que los militares no portaban municiones de guerra.
Un residente en la capital calificó la situación de caótica tras los estallidos de violencia como resultado de la segunda ronda electoral de esta semana en los comicios parlamentarios.
Los partidos políticos islamistas parecen haber ampliado el triunfo electoral obtenido en la primera ronda de votaciones, aunque los resultados finales no serán anunciados hasta el domingo 18 de diciembre.
Las protestas dieron inicio el jueves en la noche cuando la policía militar al parecer intentó dispersar una demostración frente a las oficinas del gabinete. La junta militar culpó de la violencia a los manifestantes, que estuvieron tres semanas acampados en el sitio.
Miembros de una comisión civil asesora creada por los militares este mes haciéndose eco de las protestas suspendió sus labores y pidió el cese inmediato de la violencia contra los manifestantes.
La junta militar ha dicho que sólo dejará el poder cuando sea electo un presidente para fines de junio, luego de concluido un complicado y largo proceso de elecciones legislativas.