El mandatario de Estados Unidos, Barack Obama, dijo desde la Casa Blanca que Egipto se encuentra en un momento de cambio.
El presidente estadounidense fue muy diplomático en su discurso y se limitó a pedirle a las fuerzas militares del país árabe que eviten la violencia y que por el contrario “garanticen la seguridad de los ciudadanos egipcios que realizan marchas pacíficas”.
Obama sumó presión sobre Mubarak, en el poder desde hace 30 años, pero evitó cualquier llamado a que deje el cargo de inmediato.
"Hablé con él (presidente de Egipto Hosni Mubarak) personalmente y él reconoce que el Estado ha dejado de ser sostenible y que se necesita un cambio”, dijo Obama.
El presidente de EE.UU. también fue enfático en el rol que Washington debería jugar en la crisis política de Egipto.
“No es el trabajo de otros gobiernos decidir a los líderes de un país, son los ciudadanos de cada nación quienes deben determinar su futuro”, detalló el mandatario.
Obama no hizo referencia al discurso que ofreció el presidente Mubarak, minutos atrás en donde aseguró que dejará el poder en septiembre, ni si su gobierno le pedirá una salida más pronta el mandatario egipcio, tal y como lo exigen los cientos de miles de manifestantes reunidos en El Cairo y otras ciudades del país.
Sin embargo, dijo que EE.UU. ha escuchado la voz de los egipcios, “especialmente de los más jóvenes” y por lo que "le indiqué esta noche al presidente Mubarak es mi creencia de que una transición ordenada debe ser significativa, debe ser pacífica y debe comenzar ahora".
Las manifestaciones en Egipto iniciaron hace exactamente una semana y las personas que se mantienen en las calles aseguran que no se irán hasta que el presidente Mubarak dimita.