La Guardia Nacional de Texas comenzó a desplegar tropas para ayudar a asegurar la frontera sur del estado con México, mientras el presidente Donald Trump aún no logra convencer al Congreso estadounidense ni a su vecino latinoamericano de financiar el muro que propuso construir entre ambos países.
El despliegue, anunciado el viernes por funcionarios locales, se produce luego de que Trump le ordenó al secretario de Defensa James Mattis que solicite el uso de personal de la Guardia Nacional para ayudar al Departamento de Seguridad Interior a asegurar la frontera en cuatro estados del sur del país, incluido Texas.
Mattis autorizó el viernes la financiación de hasta 4.000 efectivos de la Guardia Nacional para la operación hasta el 30 de septiembre, según un memorando del Departamento de Defensa. Las tropas estarán bajo el “comando y control” de sus respectivos gobernadores, indica el documento.
Hasta el momento, Trump no ha logrado convencer ni al gobierno mexicano ni al Congreso de Estados Unidos para que financien completamente un muro que el mandatario prometió construir a lo largo de la frontera durante su campaña a la presidencia en 2016. El presidente de México, Enrique Peña Nieto, reprendió duramente a Trump por el plan el jueves.
La Guardia Nacional del Ejército de Texas dijo que 250 guardias junto con aviones, vehículos y equipos de vigilancia serían desplegados a lo largo de la frontera del estado con México en las próximas 72 horas.
Los detalles exactos de la misión, incluida la cantidad total de tropas que se desplegarán y el costo, aún no se han determinado, dijo la brigadier general Tracy Norris, comandante de la Guardia Nacional del Ejército de Texas, en una conferencia de prensa.
La Guardia Nacional ha operado a lo largo de la frontera durante décadas. Cerca de 100 miembros del Departamento Militar de Texas están asignados actualmente en un rol de “observar e informar”, señaló Norris.
En Arizona, unos 150 miembros de la Guardia Nacional serán enviados a la frontera la próxima semana, dijo el gobernador Doug Ducey en un tuit el viernes.
Reuters