Bajo el influjo de los aires que soplan del movimiento conservador “Tea Party”, líderes republicanos del Congreso han asegurado que van a hacer recortes presupuestarios en casi todas las áreas del gobierno.
El presidente del poderoso Comité de Asignaciones de la Cámara de Representantes, Hal Rogers, dijo que los recortes podrían llegar a casi 58 mil millones de dólares.
Según Rogers, ninguna agencia o programa gubernamental quedaría a salvo. “Nuestra intención es hacer recortes profundos aunque manejables en todas las área del gobierno”, dijo.
La medida podría traducirse en el cierre de aeropuertos, incluso despidos en agencias gubernamentales como el FBI y otras drásticas reducciones.
El plan responde a las intenciones de los legisladores alineados con los objetivos del “Tea Party” que han hecho presión para casi duplicar los recortes presupuestarios inicialmente planteados por el propio Rogers y otros líderes republicanos.
La pretensión de los conservadores del "Tea Party" es que los republicanos cumplan con la promesa de recortar 100 mil millones de dólares de las propuestas presentadas por Obama, y que ellos hicieron durante la campaña electoral de 2010.
Con todo, parece difícil que iniciativas tan extremas para reducir gastos puedan llegar a convertirse en ley, ya que tanto los senadores demócratas como el presidente Barack Obama se opondrían.
El Comité de Asignaciones de la cámara baja ya tenía casi listo un plan de recortes menos dacroniano que de inmediato impondría una rebaja promedio de 15 por ciento a una amplia gama de programas domésticos, desde investigaciones científicas hasta fondos destinados a hacer cumplir las leyes.
Entre los programas que serían eliminados, en total unos 60, figuran los planes del tren bala impulsados por Obama.
El presidente tiene previsto presentar el próximo lunes al Congreso su propuesta presupuestaria para el año fiscal 2012. La Casa Blanca ha dicho que los recortes que proponen los republicanos afectarían la incipiente recuperación económica del país.