El secretario de Estado estadounidense Mike Pompeo llegó al Reino Unido este miércoles, dos días antes del Brexit, tras el cual Londres y Washington esperan reforzar su relación comercial aunque algunos desacuerdos diplomáticos, especialmente sobre Huawei, se interpongan en su camino.
Su avión aterrizó a última hora de la tarde en el aeropuerto londinense de Stanstead y por la noche debía participar en dos eventos privados, incluida una cena con el ministro británico de Relaciones Exteriores, Dominic Raab.
El jueves, Pompeo se reunirá con el primer ministro Boris Johnson, antes de proseguir viaje hacia Kiev donde mantendrá conversaciones con el presidente Volodimir Zelenski, mientras en el Senado estadounidense prosigue el juicio político contra Donald Trump por el caso ucraniano.
El jefe de la diplomacia estadounidense hace escala en la capital británica un día después de Trump anunciase su muy publicitado plan de paz israelo-palestino.
A diferencia de otros líderes mundiales, Johnson aplaudió la propuesta, mostrando solidaridad con un aliado histórico y especialmente importante después de que su país abandone la Unión Europea el viernes por la noche.
"Ningún plan de paz es perfecto, pero este tiene el mérito de ser una solución de dos estados", defendió Johnson el miércoles durante la sesión semanal de preguntas en el Parlamento.
Sin embargo la "relación especial" entre Londres y Washington recibió el martes un golpe cuando el ejecutivo británico decidió permitir la participación del gigante tecnológico chino Huawei en el desarrollo de la próxima generación, 5G, de su red de internet móvil de alta velocidad.
Estados Unidos llevaba tiempo presionando a los europeos, y especialmente al Reino Unido, para que excluyeran a este grupo afirmando que es un espía del gobierno chino, lo que Huawei niega.
Buscando limitar los riesgos para su seguridad, Londres excluyó al proveedor de las infraestructuras sensibles por las que fluyen los datos de los clientes. Y la Unión Europea hizo lo mismo un día después.
Washington advirtió que podría dejar de compartir información con los países que autoricen al grupo chino en sus redes de telecomunicaciones.
Manzanas de la discordia
En el avión que lo llevaba a Londres, Pompeo defendió el acuerdo de paz en Oriente Medio, llamando a los palestinos que lo rechazaron a presentar una "contrapropuesta" que pueda tener el respaldo de Israel.
Y sobre Huawei dijo a los periodistas que viajaban con él: "Nuestra opinión es que deberíamos tener sistemas occidentales con reglas occidentales y la información estadounidense sólo debería pasar a través de una red de confianza. Nos aseguraremos de hacerlo".
"Decepcionado" por la decisión de Londres, Estados Unidos sumará este tema a la lista de desacuerdos que ambos países deberán limar para negociar un ambicioso acuerdo de libre comercio posbrexit, una "prioridad absoluta" para Trump.
Entre las otras manzanas de la discordia que enfrenta a Londres y Washington destaca el proyecto británico de imponer un impuesto a los gigantes digitales estadounidenses.
Pero también la negativa de Estados Unidos a extraditar a Anne Sacoolas, la esposa de un diplomático implicada en un accidente de tráfico que mató a un joven británico en Inglaterra.
"Creemos que esto equivale a una denegación de justicia", denunció recientemente Raab. "El Reino Unido habría actuado de manera diferente si se hubiese tratado de un diplomático británico destinado en Estados Unidos", aseguró.
Las diferencias sobre el acuerdo nuclear con Irán, abandonado por Washington, y la denuncia de un fiscal estadounidense de que el príncipe Andrés, hijo de la reina Isabel II, no coopera con una investigación del FBI sobre el difunto pederasta Jeffrey Epstein contribuyen a la tensión.
Tras Kiev, Pompeo tiene previsto viajar a Belarús, Kazajistán y Uzbekistán.