Estados Unidos y Colombia acordaron darle “un enfoque integral” a la lucha contra los estupefacientes, en medio de la nueva política antidrogas que expuso Bogotá a la delegación estadounidense, y que se basa en perseguir a los narcotraficantes y brindar alternativas de cultivos a los campesinos productores de hoja de coca.
“La mirada holística de Colombia hacia los problemas asociados a las drogas llevan a proponer soluciones innovadoras y creativas que permitan obtener mejores resultados respecto a lo que evidenciamos en las últimas décadas”, dijo el viceministro de Exteriores de Colombia, Francisco Coy, en la Tercera Reunión del Grupo de Trabajo Antinarcóticos Estados Unidos-Colombia, que culminó este martes en Bogotá.
En el documento conjunto destacaron que los problemas asociados a las drogas en los dos países requieren “aumentar significativamente la capacitación conjunta” y el “intercambio de inteligencia” para fortalecer la capacidad de Colombia para combatir a los carteles del narcotráfico y aumentar la seguridad en las zonas más afectadas por el conflicto en el país sudamericano.
El subdirector de la Oficina Nacional de Control de Drogas de la Casa Blanca, Adam Cohen, dijo en medio del encuentro que este espacio “muestra cómo ha sido nuestra gran relación bilateral, que seguimos en nuestras discusiones y continuaremos trabajando con el objetivo de reducir la producción de coca”.
“Quiero hacer énfasis en la importancia de continuar el trabajo que ya hemos comenzado. Seguimos ampliando nuestras actividades antinarcóticos y estoy muy esperanzado y voy a decirlo en Washington”, agregó.
Según cálculos de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés), Colombia registró un aumento del 13% en las áreas de cultivos de hoja de coca, al pasar de 204.000 hectáreas sembradas en 2021 a 230.000 en 2022.
“Todd Robinson, subsecretario de Estado de la Oficina de Asuntos Internacionales de Narcóticos y Aplicación de la Ley, firmó el acuerdo que da vía libre a un nuevo programa que busca fortalecer las capacidades de los profesionales en adicciones para que puedan mejorar la calidad del tratamiento e implementar buenas prácticas, basadas en la evidencia, destinadas a prevenir el consumo”, se lee en la cuenta de X, antes Twitter, de la embajada de Estados Unidos en Bogotá.
Ambos países también acordaron continuar con la cooperación en los sectores que enfrentan el problema mundial de las drogas, acordando incluir temas relacionados con actividades delictivas asociadas a la cocaína y las drogas sintéticas.
Por último, las delegaciones destacaron que el problema de las drogas requiere fortalecer la implementación de estrategias encaminadas a promover la transición hacia economías lícitas en zonas rurales y en Áreas de Especial Importancia Ambiental, así como alternativas a los cultivos ilícitos, junto con esfuerzos continuos de erradicación estratégica.