El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, inició el viernes una gira por Colombia y Chile para estrechar alianzas con la izquierda sudamericana, a la que ha defendido de manera vehemente pese a los costos diplomáticos como las actuales tirantes relaciones con Perú, uno de sus socios en la Alianza del Pacífico.
López Obrador emprende su sexto viaje al exterior en el último año de su sexenio, en el que la política internacional no ha sido la prioridad y que siempre dejó en manos del excanciller Marcelo Ebrard, quien a mediados de año se separó del gobierno para competir por la candidatura presidencial oficialista, que perdió esta semana.
El mandatario mexicano arribó la tarde del viernes a la ciudad colombiana de Cali para sostener una reunión con su par colombiano, Gustavo Petro, en la que se abordará el proceso de paz del país andino y el fortalecimiento del grupo de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), que integran 33 países y que se constituyó en el 2010.
López Obrador y su comitiva, integrada por la canciller Alicia Bárcena y los secretarios de la Defensa Nacional y de Marina, Luis Cresencio Sandoval y José Rafael Ojeda, respectivamente, participarán el sábado en la clausura de la Conferencia Latinoamericana y del Caribe sobre drogas promovida por Petro para iniciar un diálogo regional sobre las causas estructurales del narcotráfico, y explorar políticas para enfrentar esa problemática. Al final del evento, el gobernante partirá hacia Santiago de Chile.
Durante la visita a Colombia, la canciller Bárcena suscribirá una carta de intención para que la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo implemente en Colombia los programas estatales Sembrando Vida, que apoya a los pequeños agricultores, y Jóvenes Construyendo el Futuro, que atiende a jóvenes de escasos recursos.
Asimismo, Bárcena firmará un memorando de entendimiento con la vicepresidenta colombiana, Francia Márquez, para el fortalecimiento y promoción de los derechos de los pueblos indígenas y afrodescendientes.
En la capital chilena, López Obrador se reunirá el domingo con el presidente chileno, Gabriel Boric, en el Palacio de La Moneda, y posteriormente se trasladará junto a su esposa, Beatriz Gutiérrez, a la residencia del embajador mexicano para encabezar una ceremonia conmemorativa por el 50 aniversario del exilio chileno en México.
Se hará entrega a título póstumo de la Orden Mexicana del Águila Azteca en grado de collar, la más alta distinción que se otorga a extranjeros, al presidente Salvador Allende que fue derrocado y se suicidó tras el golpe militar del 11 septiembre de 1973. La condecoración será recibida por la hija de Allende, la senadora María Isabel Allende Bussi.
El 11 de septiembre el gobernante mexicano acudirá al acto conmemorativo del 50 aniversario del golpe de Estado en Chile y luego partirá de regreso a México.
López Obrador adelantó esta semana que en su viaje a Sudamérica evitará pasar por el espacio aéreo de Perú ante las tirantes relaciones que mantiene con el gobierno de Dina Boluarte, a quien ha calificado de “usurpadora”.
En los últimos meses, los vínculos entre México y Perú se resquebrajaron luego que López Obrador anunciara en mayo que no quería tener lazos comerciales ni económicos con Lima mientras permanezca en el poder Boluarte.
La decisión de México vino después de que congresistas peruanos decidieran que el mandatario no era bienvenido en el país por sus constantes intromisiones en los asuntos internos de Perú, dados los pronunciamientos de López Obrador tras la destitución del expresidente izquierdista Pedro Castillo, a quien el político mexicano ha defendido en diversas ocasiones.
Por su parte, Boluarte ordenó en diciembre pasado al embajador mexicano en Lima, Pablo Monroy, que saliera del país ante los comentarios a favor de Castillo y dos meses después anunció que retiraba al diplomático peruano en México.
Las tensiones escalaron luego de que López Obrador se negara a entregarle a Perú la presidencia pro tempore de la Alianza del Pacífico, alegando que no quería “legitimar un golpe de Estado”. Para aliviar las fricciones entre los socios del bloque, que integran Colombia, Chile, México y Perú, el gobierno de Boric asumió a finales de junio la presidencia del grupo y en agosto se la entregó a Lima.
Carlos Cerda Dueñas, profesor de la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno del Tecnológico de Monterrey, afirmó que esta sexta gira tiene una carga “muy simbólica” para López Obrador porque se “identifica mucho” con el período de Allende y la lucha que emprendió la izquierda chilena luego del golpe militar.
Sobre la posibilidad de que este viaje abra una etapa de mayor participación del gobernante en política internacional, Cerda Dueñas manifestó dudas y dijo que es muy posible que López Obrador siga concentrado en la política interna, que es su gran pasión, especialmente cuando se avecina el período para las elecciones presidenciales del 2024.
El mandatario tiene previsto viajar en noviembre a San Francisco, Estados Unidos, para reunirse con su homólogo Joe Biden en el marco de la cumbre de la Alianza del Pacífico y Asia.
En mayo del año pasado, López Obrador visitó Guatemala, El Salvador, Honduras, Belice y Cuba, como parte de su primera gira internacional a un país diferente a Estados Unidos, a donde ha viajado en cuatro oportunidades.
Desde que asumió el gobierno en el 2018 el mandatario mexicano, de 69 años, se ha trasladado poco al exterior. López Obrador ha reconocido que eso se debe a que le “afectan mucho los vuelos”.