La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) denunció el creciente uso de la detención de migrantes en Estados Unidos basada en una presunción de necesidad, cuando de hecho la detención debiera ser excepcional.
La CIDH consideró que “en muchos casos, y probablemente en la mayoría de ellos, la detención constituye una medida desproporcionada y los programas de alternativas a la detención configurarían una opción más equilibrada a fin de dar cumplimiento al interés legítimo del Estado de asegurar el cumplimiento de la normativa migratoria”.
Entre otros métodos, la CIDH denunció que no exista una detención “auténticamente civil” que respete la dignidad y el trato humanos, y reclamó al gobierno que no se cuentan con los suficientes mecanismos de supervisión propios en los centros de detención, ya que esta fase se terceriza a empresas privadas.
Además, la Comisión decretó necesarios programas más sólidos sobre alternativas a la detención y que el Programa de Orientación Legal debe ser expandido a todo el país, ya que en muchos casos se dificulta el acceso de los detenidos a un abogado que los defienda.
“La Comisión Interamericana observa con preocupación la falta de representación legal suministrada de oficio para casos de niñas y niños no acompañados, inmigrantes con enfermedades mentales y otras personas incapaces de representarse a sí mismos”, señala en un comunicado.
Otra de las denuncias apunta a la subcontratación de agencias de ciudades, condados y estados, a fin de aplicar las leyes migratorias civiles, mientras que “la agencia federal de inmigración (ICE) no ha desarrollado un sistema de supervisión y rendición de cuentas apropiado para garantizar que estas asociaciones con agencias locales y estatales no apliquen las disposiciones migratorias de manera discriminatoria”, añade.
