La familia de un ecuatoriano asesinado en 2008 en una trifulca con una pandilla de adolescentes en Long Island, Nueva York, demandó al gobierno y a la policía local por permitir el crimen.
La familia pide $40 millones de dólares, y acusa a la policía y a otros funcionarios de la zona de permitir que se creara una atmósfera de violencia contra los hispanos que culminó en la muerte del inmigrante ecuatoriano Marcelo Lucero.
Lucero fue asesinado a puñaladas en un altercado con siete adolescentes en Patchogue, en un suburbio de Long Island, al este de la ciudad de Nueva York.
La atención que ha generado el caso por el creciente influjo de inmigrantes centro y sudamericanos durante la última década en la zona, ha provocado que el Departamento de Justicia federal investigue la respuesta de la olicía local a los ataques con motivos raciales.
La noticia de la demanda se dio a conocer el mismo día que el FBI reportó una disminución en el número de delitos por intolerancia racial en el 2009.