Más de 3.000 cubanos que buscan atravesar Nicaragua camino hacia Estados Unidos han quedado varados de forma indefinida en la frontera de Costa Rica al fracasar una reunión que buscaba solucionar el impase.
El gobierno de Nicaragua reiteró su oposición a la creación del “corredor humanitario” que proponía Costa Rica y “exigió” a ese país retirar a los migrantes de la frontera.
La reunión se llevó a cabo en San Salvador, en el seno del Sistema de Integración Centroamericana (SICA), a la que también asistieron Colombia, Cuba, Ecuador y México.
Los cubanos aguardan en el paso de Peñas Blancas, al norte de Costa Rica, después de que Managua cerrara la ruta que este año recorrieron más de 20.000 compatriotas para migrar al norte, movidos por el miedo a que el deshielo entre Washington y La Habana acabe con sus privilegios migratorios al llegar a Estados Unidos.
El Gobierno del ex guerrillero Daniel Ortega, cercano aliado de La Habana, responsabilizó a Costa Rica y a Estados Unidos por el problema migratorio y reiteró que mantendrá su frontera cerrada como hizo el 15 de noviembre, cuando el Ejército impidió el paso a los isleños utilizando gases lacrimógenos.
“Nicaragua exige al Gobierno de Costa Rica (...) retirar de nuestras zonas fronterizas a todos los migrantes cuya concentración augura y alienta nuevas acciones violentas, lesivas de la soberanía que el Gobierno ha hecho y hará respetar", dijo la portavoz y primera dama, Rosario Murillo.