El gobierno cubano sentenció este sábado a 15 años de cárcel al estadounidense Alan Gross y la Casa Blanca reaccionó enseguida calificando la condena de “otra injusticia”, y reclamando que el contratista sea puesto inmediatamente en libertad.
“La sentencia de hoy añade otra experiencia terrible de injusticia a Alan Gross, que ha pasado ya demasiados días en prisión y no debe pasar uno más”, declaró en un comunicado el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, Tommy Vietor.
El vocero dijo que el gobierno de EE.UU. insta a las autoridades cubanas "a la liberación inmediata del señor Gross para que pueda regresar a casa con su esposa y su familia". El portavoz del Departamento de esrtado, Philip Crowley también "deploró" la condena.
Gross, de 61 años, fue arrestado en La Habana el 3 de diciembre de 2009 después de llevar a la isla equipos de comunicación destinados a miembros de la comunidad judía, y sólo 15 meses después las autoridades hicieron públicos los cargos en su contra.
Un tribunal lo halló culpable de formar parte de un proyecto “subversivo” de EE.UU. y de "actos contra la independencia o integridad territorial".
Según la versión oficial de las autoridades cubanas, en el juicio Gross dijo que había sido “engañado” y “utilizado”, y presuntamente culpó a la agencia Development Alternatives International, para la que trabajaba, de haber arruinado “la vida y la economía de su familia".
La prensa extranjera no tuvo acceso a la sala ninguno de los dos días que duro el juicio hace poco más de una semana.
Visiblemente delgado, Gross fue conducido al tribunal por agentes de la seguridad cubana, mientras que por separado acudieron a la sala su esposa y el abogado estadounidense del matrimonio, Peter Kahn, así como funcionarios consulares de EE.UU.
