China tomó represalias por la reunión del presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos con la presidenta taiwanesa al anunciar sanciones el viernes contra la Biblioteca Presidencial Ronald Reagan y otras organizaciones, lo que se sumó a las tensiones sobre la democracia insular autónoma que Beijing reclama como parte de su territorio.
El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Kevin McCarthy, sostuvo conversaciones el miércoles con la presidenta Tsai Ing-wen en la biblioteca Reagan en Simi Valley, California, desafiando las advertencias chinas. McCarthy se unió a una serie creciente de legisladores extranjeros que se reunieron con Tsai en una muestra de apoyo a Taiwán frente a la intimidación china.
Las relaciones entre Estados Unidos y China se han hundido a su nivel más bajo en décadas debido a disputas sobre el estatus de Taiwán, que se separó de China en 1949 después de una guerra civil, así como la seguridad, la tecnología y el trato de Beijing a Hong Kong y las minorías étnicas musulmanas.
El gobernante Partido Comunista de China continental dice que Taiwán está destinado a reunirse con China, por la fuerza si es necesario, y no tiene derecho a entablar relaciones exteriores. El gobierno del presidente Xi Jinping dice que el contacto con funcionarios extranjeros alentará a los taiwaneses que quieren la independencia formal, un paso que, según Beijing, conduciría a la guerra.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de China anunció que la biblioteca Reagan y el Instituto Hudson, un grupo de expertos de Washington, fueron sancionados por “brindar una plataforma y conveniencia para las actividades separatistas de Taiwán”. Dijo que a las instituciones chinas se les prohibió tener cualquier tipo de cooperación o contacto con ellos.
Un correo electrónico en busca de comentarios de la biblioteca no fue respondido de inmediato el jueves por la noche.
Tsai aceptó un premio de liderazgo del Instituto Hudson como parte de su viaje a los EEUU y pronunció un discurso sobre los desafíos de Taiwán en la seguridad regional.
El ministerio también citó a Sarah May Stern, presidenta de la junta directiva del Instituto Hudson; John P. Walters, director del instituto; John Heubusch, exdirector ejecutivo de la Fundación Reagan, y Joanne M. Drake, administradora principal de la fundación.
El ministerio dijo que se les prohibió visitar China y que cualquier propiedad o activo financiero que les pertenezca en China sería congelado.
“Tomaremos medidas resueltas para castigar a las fuerzas separatistas de la ‘independencia de Taiwán’ y sus acciones, y salvaguardaremos resueltamente la soberanía y la integridad territorial de nuestro país”, dijo el jueves la Oficina de Asuntos de Taiwán del gabinete chino en un comunicado.
China ha intensificado sus esfuerzos para intimidar a Taiwán volando aviones de combate y disparando misiles al mar cercano casi a diario. La campaña de presión ha dejado a muchos preocupados por la posibilidad de una invasión.
El viernes, el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, dijo que “en los últimos años, hemos visto: para los líderes chinos, el statu quo que trajo la paz y la estabilidad al Estrecho de Taiwán durante décadas ya no es aceptable. Esto ha llevado a China a aumentar la presión y los medios coercitivos contra Taiwán”.
El gobierno de Estados Unidos no tiene relaciones oficiales con Taiwán, pero mantiene amplios lazos informales y comerciales. Washington está obligado por ley federal a garantizar que la isla tenga los medios para defenderse si es atacada por China.
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