Analistas políticos en Washington debaten la posibilidad, si bien es cierto que no existe un vínculo directo entre la situación en Egipto y Venezuela, de que una revuelta violenta pueda emerger contra el gobierno del presidente Hugo Chávez.
“El poder de la gente y su insatisfacción puede hacer cambios políticos directamente o a través de otros instrumentos como las Fuerzas Armadas. Imagino que Hugo Chávez está bien preocupado por lo que está pasando en Egipto y la posibilidad de que algo parecido pueda pasar”, dijo Evan Ellis, profesor de la Universidad de Defensa Nacional.
Por su parte el especialista en estudios latinoamericanos del Hudson Institute, Jaime Daremblum, asegura que la historia refuerza la teoría de revolución en cadena.
“En la década de los 90 el presidente (de Venezuela) Calos Andrés Pérez enfrentó revueltas populares debido a los niveles de corrupción”, recordó Daremblum.
El consenso de este panel es que hay pocas posibilidades de un cambio político y pacífico en Venezuela, antes de 2012, por tres razones fundamentales, la alianza de Chávez con la población marginada, la ayuda que recibe de países como China, Rusia e Irán y que no hay una alternativa unificada de oposición. La alternativa preocupa.
“Yo creo que Estados Unidos está monitoreando la situación, creo que su preocupación más grande es de que exista una situación sangrienta”, explicó Ellis, a la Voz de América.
Y éste, dicen, no debería ser un tema de tensión solo para líderes de las grandes naciones, también para países vecinos en Latinoamérica.
