Expertos en temas latinoamericanos señalaron en una audiencia del Senado estadounidense que los gobiernos centroamericanos deben poner de su parte para que el plan de la Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte sea exitoso y así disminuir la migración hacia EE.UU.
Roger Noriega, exsecretario de Estado asistente para el Hemisferio Occidental de EE.UU., dijo al panel de Comité de Seguridad Nacional y Asuntos Gubernamentales del Senado que los gobiernos centroamericanos deben poner mayores recursos para que el plan para la prosperidad rinda frutos.
“Creo que EE.UU. debe aceptar algo de la responsabilidad para remediar la inseguridad y violencia que es impulsada por la demanda estadounidense por drogas ilícitas”, dijo Noriega. “Sin embargo, este transformativo plan no funcionará a menos que los gobiernos centroamericanos comprometan sus propios recursos a este proyecto”.
El plan, hecho en conjunto con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), busca aumentar las oportunidades económicas de los ciudadanos del Triágulo Norte con el fin de atacar las causas estructurales que impulsan a las personas a emigrar al norte.
Noriega dijo que lo más importante es que los gobiernos se comprometan a cambiar la “cultura de corrupción” que ha socavado el crecimiento económico y la justicia social en Centroamérica por décadas.
El tráfico de personas genera unos $6 mil millones de dólares para el crimen organizado, según Adolfo Franco, exadministrador asistente para Latinoamérica y el Caribe de la Agencia estadounidense para la Ayuda y el Desarrollo (USAID).
La Casa Blanca solicitó al Congreso $1,9 mil millones de dólares en asistencia para la región, de los cuales mil millones se destinarán al plan para la prosperidad de Guatemala, El Salvador y Honduras.
Franco fue un poco más escéptico respecto de las posibilidades de éxito del plan, señalando que durante 30 años EE.UU. ha enviado millones de dólares a la región sin el compromiso de los gobiernos centroamericanos.
“Sin un compromiso previo y registro comprobable de voluntad de cambio”, la petición de la Casa Blanca de mil millones de dólares “hará nada excepto reforzar malos hábitos y dependencia en ayuda externa”, señaló.
Franco señaló que los recursos deberían destinarse a asegurar la frontera sur de EE.UU. y modernizar el sistema de inmigración.
Los expertos sacaron a colación el Plan Colombia sobre una iniciativa de éxito para aumentar la seguridad de un país que contó con el apoyo decidido del gobierno local, al punto de aplicar un “impuesto para la seguridad”, destinado a ciudadanos y empresas.
Tanto Noriega como Franco criticaron la acción ejecutiva del presidente Barack Obama en inmigración, específicamente el hecho que los traficantes de personas o coyotes desvirtuarán el contenido del decreto para embaucar a mas posibles emigrantes.
“Las palabras del presidentes serán desvirtuadas”, dijo Franco.
Por su parte, Eric Olson, del Centro Woodrow Wilson, dijo que el gobierno de México está logrando avances para contrarrestar el avance de los inmigrantes.