Joe Biden, vicepresidente de Estados Unidos, solicitó al Congreso estadounidense aprobar los mil millones de dólares en fondos para el plan Alianza para la Prosperidad, que beneficia al gobierno de Honduras, Guatemala y El Salvador.
“El presidente y yo estamos decididos a afrontar los problemas en El Salvador, Guatemala y Honduras”, dijo Biden. “Queremos ayudar a encontrar un camino hacia la prosperidad económica en estos países”.
El plan tiene cuatro objetivos: promover el desarrollo económico con la generación de nuevos empleos, mejorar el capital humano, optimizar la seguridad y reformar las instituciones gubernamentales.
“[El plan] incluye reformas a los sistemas policiales, la expansión de los centros comunitarios para crear condiciones que sabemos que evitan la migración, medidas para reducir la pobreza, pasos para atraer inversiones del extranjero y la continuación de esfuerzos exitosos para atacar redes de contrabandistas”, escribió Biden en una columna de opinión dada a conocer por la Casa Blanca.
Biden se reunió la semana pasada con los presidentes de estos países en Guatemala para dialogar y establecer la implantación y regulaciones del plan.
“El plan es positivo para Guatemala y los países del Triángulo Norte de Centroamérica, ya que reducirá los problemas principales afectando a la población centroamericana”, dijo Edgar Balselles, exministro de finanzas de Guatemala.
Balselles agregó que será necesario consolidar los proyectos de los tres países para que el plan funcione y para prevenir que los altos niveles de pobreza y crimen no retrasen el desarrollo de la región.
Por su parte, el presidente de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén, dijo que el plan beneficiará a 1,2 millones de salvadoreños.
“La Alianza para la Prosperidad nos ayudaría a crear oportunidades para incrementar el capital humano y estamos convencidos que nos ayudara a mejorar nuestro sistema de protección e inclusión social”, resaltó Sánchez Cerén.
El iniciativo se introdujo tras una serie de diálogos entre EE.UU., El Salvador, Guatemala y Honduras, debido a la crisis humanitaria que creó la oleada de menores inmigrantes a EE.UU. el año pasado.