El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, prometió este lunes recortar los impuestos a las empresas —y a todo el mundo— de forma “masiva’, quizá entre 15% y 20%.
Adicionalmente dijo creer que se puede recortar las regulaciones en un 75%. Ahora habrá “incentivos para trabajar’, aseguró durante un desayuno de trabajo con líderes empresariales en la Casa Blanca.
“Una empresa que se fue a otro país a producir bienes baratos, despidió a sus empleados y piensa que va a poder introducirlos a Estados Unidos, eso no va a suceder, porque aplicaremos impuestos de frontera sustanciales”, dijo el presidente.
"No se vayan... quédense", les dijo.
Trump tiene previsto reunirse este mismo lunes con el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, ademes de que firmó tres órdenes ejecutivas, en el inicio de su primera semana de trabajo.
El mandatario dice que considera el lunes como su primer día real en el cargo, y su agenda para la jornada está repleta de reuniones que sugieren que está abierto a opiniones.
En horario vespertino tendrá una reunión similar con líderes sindicales y trabajadores y, más tarde, recibirá a los miembros del Congreso que necesita convencer para revisar el sistema sanitario del país, entre otros objetivos.
Tal como se había previsto, el presidente anunció el retiro de Estados Unidos del Acuerdo Transpacífico que negoció su predecesor, Barack Obama, y congeló sueldos y contrataciones del gobierno federal, excepto en el ejército.
“Creo que verán suceder estos en corto tiempo”, había dicho el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer la semana pasada.
La fuerte agenda del presidente tiene lugar luego de un tumultuoso primer fin de semana en que la Casa Blanca y los medios se enfrascaron en un debate sobre la cantidad de gente que llegó a la inauguración presidencial en Washington y a las masivas protestas del día siguiente.
Hablando desde el salón Este de la Casa Blanca durante una ceremonia de juramentación de asesores de alto nivel, el presidente advirtió el domingo a su personal sobre los retos por delante, los cuales dijo creer está listo para afrontar.
“Con la fe en cada uno de ustedes y la fe en Dios, vamos a hacer este trabajo”, les dijo. “Vamos a comprobar lo que somos en este momento en la historia. Y yo creo que este puede llegar a ser un gran momento en la historia”.
“Esto no es sobre un partido, esto no es sobre ideología. Esto es sobre el país, nuestro país. Es sobre servir al pueblo estadounidense”, dijo.
Horas antes el presidente se refirió a las protestas en varios tuits, primero criticando a las celebridades que participaron en la marcha de las mujeres el sábado —“¿Por qué no votaron, las celebres hacen mucho daño a la causa”— y luego hablando en tono más conciliador: “Las protestas pacíficas son una muestra de nuestra democracia. Aún si no estoy de acuerdo, reconozco el derecho de la gente a expresar sus puntos de vista”, escribió todavía en su cuenta personal de Twitter.
Trump también habló con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, quien aceptó una invitación para visitar la Casa Blanca a principios de febrero y se anunciaron reuniones con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, y el presidente de México, Enrique Peña Nieto.
Igualmente el presidente tiene previsto participar en un retiro con congresistas republicanos en Filadelfia más tarde en la semana y reunirse con la primer ministro de Gran Bretaña, Theresa May.