El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, defendió su polémica decisión de desplegar al ejército en la Asamblea Nacional del país hace una semana y afirmó que la conversación no debería girar en torno a la institucionalidad, sino a la violencia y corrupción que vive el país.
En un editorial en inglés publicado este fin de semana por el Miami Herald, el mandatario explicó que su administración estaba preocupada por el “levantamiento popular de salvadoreños frustrados movilizados en contra de la Asamblea”, por no decidir sobre los fondos para el plan de seguridad, por lo que decidió movilizar al Congreso.
Según Bukele, su plan de seguridad, que estaría por entrar en su tercera fase, y es popular entre más del 90% de los salvadoreños, no es apoyado por el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), ni la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), partidos que controlan el Congreso y quienes han rechazado discutir la aprobación del préstamos por 109 millones de dólares solicitados por el Ejecutivo para continuar el plan.
“Hemos conocido por recientes investigaciones del fiscal general independiente que el liderazgo de estos partidos está involucrado con grupos terroristas en El Salvador”, indica la publicación.
El mandatario aseguró que su plan ha funcionado y que incluso ha contribuido a bajar la tasa de homicidios en más del 60 por ciento en la nación. “Esto no debería ser un debate sobre la separación de poderes, que no está en riesgo en mi país. Lo que está en riesgo son las vidas de las familias salvadoreñas trabajadoras”, indicó.
Una de las primeras reacciones internacionales que hubo tras la decisión de Bukele de llegar escoltado por los militares al Parlamento de su país para pedir que se debatiera sobre el crédito fue la de Estados Unidos, algunos de cuyos funcionarios lo calificaron como "inaceptable" y consideraron que "viola la separación de poderes en las instituciones democráticas”.
Este domingo, el embajador de EE.UU. para El Salvador, Ronald Johnson, indicó en su cuenta de Twitter, que acompaña “los llamados al diálogo de parte de diferentes sectores en los últimos días”. Además, abogó por una “solución consensuada, respetando la institucionalidad”.
Es precisamente a EE.UU. que Bukele le dedica la última línea de su artículo, afirmando que “siempre debe estar del lado de los buenos”.