El primer ministro italiano Silvio Berlusconi respondió ante el tribunal se Milán sobre las acusaciones de fraude fiscal y violación de confianza en sus tratos de negocios que pesan sobre él en una rara excepción.
La audiencia a puertas cerradas fue parte de un proceso legal para decidir si el magnate y político debe presentarse a juicio en un caso que involucra a su compañía Mediatrade.
El líder italiano de 74 años, que enfrenta varias demandas legales, calificó de ridículas e infundadas las acusaciones en su contra, y acusó a sus oponentes de usar el sistema legal como una herramienta ideológica.
"Los fiscales han demostrado que desean enjuiciarme y que no se detienen ni incluso ante los hechos y el ridículo", dijo el primer ministro.
Los fiscales consideran que Berlusconi cometió fraude fiscal al vender los derechos de filmación de su emporio televisivo Mediaset.
Berlusconi agregó que el fiscal lo considera un "enemigo ideológico y político" y como "un obstáculo que impide a la izquierda llegar al poder". El magnate insistió en que desde que se inició en la política en 1990 cesó de regentar sus empresas para dedicarse exclusivamente al cargo público.
"Estas acusaciones no solamente carecen de base sino que son ridículas", insistió el político.
En 2011, la Corte Constitucional de Italia derogó una ley que fue promovida por el gobierno de Berlusconi que buscaba protegerlo de cualquier enjuiciamiento. En abril Berlusconi enfrenta otro juicio por haber pagado para mantener relaciones sexuales con una prostituta menor de edad.
