El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, llegó a la corte de Milán para enfrentar cargos de fraude de impuestos relacionado con su negocio de medios de comunicación Mediaset.
"El primer ministro está siendo acusado por fiscales que le están ensuciando a él y al país en un momento en el que deberíamos ser más fuertes para poder defender al país en la escena internacional", dijo el propio mandatario.
Berlusconi no dijo nada ante el tribunal pero, dirigiéndose a sus seguidores antes de la vista, calificó los cargos de prostitución de "infundados" y aseguró que era víctima de un intento de sus enemigos para eliminarle de la escena política.
El juicio se centra en las acusaciones de que Berlusconi compró derechos de televisión y de películas a precios inflados a través de organizaciones situadas fuera del país, evitando pagar impuestos y creando fondos secretos a través de Mediaset.
"Es una acusación increíble. ¿Se supone que tengo que estar lo suficientemente loco para conservar un jefe de compras corrupto que perjudica a su propia compañía”, expresó Berlusconi, quien al igual que la compañía niega los cargos. "Ningún empresario del mundo podría hacer eso", agregó.
El caso de Mediaset es uno de varios procedimientos legales contra el líder italiano, de 74 años.